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| lunes diciembre 9, 2024

Obispo teme un genocidio cristiano en Sudán


Ruben Kaplan

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La República de Sudán, cuya capital es Jartum, es el país de África situado al noreste del continente y el de mayor superficie. Otra singularidad que posee, es la de compartir fronteras con nueve Estados. El 15 de enero de 2011 se realizó el referéndum para aprobar la separación de Sudán del Sur del resto del país y convertirse en un estado independiente. Dicha consulta obtuvo el sí del 98,83 por ciento de los electores y  fue aceptada por el presidente sudanés, -con pedido de captura de la Corte Penal Internacional por el cargo de genocidio contra los rebeldes en Darfur- Omar Hassan al- Bashir, el vicemandatario, Salva Kiir, y el Consejo de Seguridad de la ONU.

Si bien había dicho con anterioridad al referéndum que respetaría la independencia de la región llegado el caso,  la declaración Al Bashir  a los medios donde advertía paralelamente que «Sudán del Sur se enfrentará a la inestabilidad si vota para la secesión del Norte», evidenciaba su reticencia a la separación de la región al Norte, que se esforzó durante décadas en dominar por la fuerza.
 
En su filípica al futuro nuevo Estado, el dictador genocida manifestó: «El Sur sufre de muchos problemas. En alusión a las dos guerras civiles que arrojaron millones de civiles muertos y desplazados de sus viviendas y convirtieron a la zona en una de las regiones menos desarrolladas del mundo, al- Bashir agregó: “Ha estado en guerra desde 1959. No tiene la habilidad de proveer para sus ciudadanos o crear un estado o autoridad».

Además de advertir que los sudaneses del Sur que vivan en el Norte, aproximadamente un millón y medio, no tendrían la posibilidad de tener doble nacionalidad, Omar Hassan al- Bashir afirmó que si Sudán del Sur se independizaba,  su régimen intensificaría la  aplicación de la Sharia, la  severa ley islámica en todo el territorio, lo que tácitamente  provocaría una huida de los sudaneses del Sur, la mayoría cristianos que viven en el Norte. Otro de los conflictos  a dirimir  es el de la región de Abyei, que Jartum se disputa con el próximo Estado independiente de Sur de Sudán por la falta de acuerdo en el reparto de beneficios del petróleo. «Si los sudaneses del sur atacan la ciudad de Abyei, la ofensiva conllevará la guerra». Las fuerzas de Al Bashir irrumpieron en mayo pasado  en  la frontera entre los dos Sudán después de que Jartum acusase a Sur de Sudán de atacar un convoy de Naciones Unidas que escoltaba a fuerzas del norte. Esta acción supone, según al Bashir, «la mayor acción de guerra». «Abyei es una tierra de los sudaneses del norte», subrayó Al Bashir, en un discurso en la capital  donde advirtió  que el Ejército de la zona norte no se replegará de las zonas ganadas militarmente.  Al Bashir, quien goza del apoyo entre otros de la Liga Árabe y del dictador venezolano Hugo Chávez- internado en Cuba por una presunta enfermedad terminal- está acusado de crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos en la región occidental de Sudán, Darfur, cínicamente calificó el ataque mencionado anteriormente, como «crimen de guerra».
 
La región de las montañas de Nuba, donde ha recrudecido la violencia en las últimas semanas, es el hogar de numerosos cristianos y permanecerá bajo control de Jartum y del norte musulmán hasta el 9 de julio próximo cuando será declarada la Independencia del nuevo Estado Sudán del Sur. El ejército de éste último, informó que los militares del norte llevaron a cabo ataques aéreos en su territorio, a sólo un mes que la región se convierta en un estado independiente.

Conciente que exacerbar la aplicación de la Sharia  como prometió que haría Al- Bashir, implica un  grave riesgo para cualquier confesión que no sea la islámica, con un ruego desesperado, el reverendo Andudu Adam Elnail, obispo anglicano de la Diócesis de Kaduqli, la capital de Kordofán del Sur, uno de los 26 estados de  Sudán, convocó por medio de una carta fechada el 26 de junio a los cristianos de todo el mundo, a una Jornada de ayuno y oración con el enunciado: “Cese el Genocidio de la población de Nuba, Paz en Sudán”. En la misiva a los fieles cristianos, el obispo Elnail, escribió: “Una vez más nos toca enfrentar la pesadilla del Genocidio de nuestra gente, un último intento para eliminar de la faz de la tierra nuestra cultura y nuestra sociedad. Esta no es una guerra entre dos frentes armados, se trata de la deliberada voluntad de destruir totalmente nuestro modo de vivir y nuestra historia, como lo demuestra el Genocidio de nuestros hermanos vecinos de Darfur. Esta es una guerra de dominación y de exterminio basada en el terror del Gobierno de Sudán contra su pueblo”.

Trayendo dolorosas reminiscencias de lo que ocurrió en Darfur, cientos de miles de personas de Nuba, por el desplazamiento de tanques y artillería huyen de sus hogares y organismos de desarrollo han evacuado a su personal. Según escribió escribió Karen Peake en Christian Today el 22 de junio, funcionarios de la ONU y testigos presenciales que escaparon al derramamiento de sangre,  dijeron que personas mayores fueron  ejecutadas por el ejército sudanés y bombardeos han destruido iglesias y hogares de ancianos. La orden de Jartum para que se retirase la misión de mantenimiento de la paz de ONU, provoca una gran preocupación y temor a que una atroz espiral  de violencia se pueda desencadenar sin estorbo a lo largo de Kordofán del Sur.
 
El obispo Andudu Adam Elnail concluyó su dramática apelación diciendo:»Como el 9 de Julio se acerca, día en que será declarada la Independencia del nuevo Sudán del Sur, el presidente Omar Al Bashir, ha declarado al mundo entero, que la Sharia  será la ley que regirá el Norte, negándose así a reconocer la legítima presencia de una minoría cristiana. Esto demuestra también su determinación a cancelar o ignorar nuestra herencia que se remonta a más de dos mil años atrás, desde la historia del Eunuco Etiope, que provenía del actual Sudán».

A la ineficaz e inservible ONU, cooptada por los países islámicos le cabe la responsabilidad de evitar otro genocidio como el de Darfur, pero parece que el Consejo de Seguridad del organismo, en su agenda para los próximos cinco años sólo tiene como prioridad tratar la violación de los derechos humanos por parte de Israel, el Estado judío también amenazado de ser extinguido de la faz de la tierra  por la teocrática República Islámica de Irán, que niega su existencia.
 

Rubén Kaplan

http://www.rkpress.com.ar/

 
Comentarios

Hay demasiados dirigentes cultos y analfabetos,pero que quieren vivir mejor que los Faraones.Con el cuento de la Sharia,quieren ser Dioses.El ser humano para ellos no existe.Lo consideran como a un perro.Que le pidan a su Dios que no haya una tercera guerra mundial,toda la tierra sería cubierta por las aguas del mar.El concepto de la ONU,es demasiado negativo el que se tiene a nivel mundial,no sirve para nada, a vivir bien los que pueden y los demás a sufrir hay tanto inepto que vive del cuento,mientras mueren de hambre miles de personas.

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