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| sábado diciembre 21, 2024

El tribunal está en sesión


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La CDH de la ONU es territorio ocupado. Es controlada por regímenes corruptos del tercer mundo que abusan de su tribuna para promover sus egoístas e hipócritas agendas.

El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas fue creado para promover y proteger los derechos humanos en todo el mundo. Fue fundado en marzo de 2006 y cuenta con 47 miembros – muchos de ellos de países islámicos y del tercer mundo, incluyendo a Argelia, Kuwait, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Venezuela, Cuba, Rusia y Rumania – bastiones de la democracia, todos conocidos por sus ejemplares registros sobre derechos humanos. Para satisfacer la insaciable obsesión del Consejo de vapulear a Israel, Israel es un tema fijo de la agenda en cada sesión del Consejo. Desde su creación, la CDH de la ONU ha adoptado un total de 109 resoluciones – 50 de ellas condenan a Israel. Impresionante a la luz de lo que está pasando en todo el mundo.

En su último período de sesiones, la CDH de la ONU decidió crear una «comisión internacional independiente» para investigar la conducta de Israel durante la Operación Margen Protector.

La CDH de la ONU también aprobó una resolución condenando enérgicamente «las generalizadas, sistemáticas y graves violaciones de los derechos humanos internacionales y de las libertades fundamentales derivadas de las operaciones militares israelíes llevadas a cabo en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén oriental, desde el13 de junio de 2014, que podrían equivaler a crímenes internacionales, resultando directamente en la matanza de palestinos y la destrucción gratuita de viviendas, infraestructura vital y propiedades públicas”. Esencialmente, esta resolución predetermina la culpabilidad de Israel de todos los cargos.

El mandato de la Comisión está plagado de defectos básicos.

Excluye toda investigación sobre el uso de instalaciones de la ONU en Gaza para apoyar el esfuerzo bélico de Hamas.

Excluye toda investigación sobre la complicidad de funcionarios de alto rango de UNRWA ayudando e incitando activamente actividades terroristas de Hamas en la reciente escalada de las hostilidades.

Excluye toda investigación sobre los disparos al azar de misiles contra centros de población civil israelí.

Excluye toda investigación sobre la complicidad de UNRWA en la construcción de la red de túneles de Hamas, desviando fraudulentamente materiales de construcción destinados a infraestructura civil, para crear la infraestructura terrorista de Hamas de última generación.

Existe evidencia documentada de que las instalaciones de la ONU en Gaza fueron utilizadas para almacenar y lanzar misiles contra centros israelíes de población civil. Uno de los edificios de la ONU era una trampa explosiva y se cobró la vida de tres soldados israelíes. Esto no podría haber ocurrido sin el conocimiento y la complicidad de funcionarios de alto rango de la ONU, pero esto no será objeto de ninguna investigación. Veinticinco de los 27 miembros de la dirección ejecutiva de UNRWA en Gaza son operativos de Hamas. ¿Esto no constituye un significativo conflicto de intereses? ¿Por qué limitar el mandato de la Comisión a investigar sólo las operaciones militares de Israel? ¿Por qué el mandato de la Comisión no incluye las operaciones militares de Hamas? Obviamente, la CDH de la ONU considera congruente con «los derechos humanos y las libertades fundamentales» el disparo al azar, sin provocación, de misiles contra población civil desde centrales eléctricas, edificios públicos y concentraciones de civiles, utilizando a mujeres y niños como escudos humanos.

El mandato de la Comisión excluye deliberadamente el contexto de la investigación.

¿Por qué comenzar a partir del 13 de junio? Eso es simple.

Los tres estudiantes judíos fueron secuestrados y asesinados por operativos de Hamas el 12 de junio. Los asesinos aún no han sido aprehendidos.

Las mismas personas cuyas «libertades fundamentales» el Consejo se dedica a defender, siguen proporcionando hogares seguros a los asesinos. La «Comisión Internacional independiente» excluye convenientemente esto del contexto.

¿Por qué incluir Jerusalén oriental? Eso también es fácil. El despreciable asesinato de Muhammad Abu Khdeir fue cometido en Jerusalén oriental después del 13 de junio. La CDH de la ONU quiere abrochar este crimen con Israel como país. A diferencia de los asesinos de los tres estudiantes judíos, los asesinos de Abu Khdeir, y los cómplices, han sido detenidos y actualmente esperan el juicio.

Así que la corte está en sesión. Ahora viene el juez.

Esta «Comisión independiente Internacional» será presidida por William Schabas, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Middlesex, que está grabado diciendo que le gustaría ver al primer ministro Binyamin Netanyahu llevado a juicio ante el Tribunal Penal Internacional por su complicidad en la Operación Plomo Fundido. Aparentemente no es consciente de que Netanyahu no estaba en funciones en esa época. ¿Por qué permitir que los hechos confundan el objetivo? En cualquier país occidental, los comentarios prejuiciosos y tendenciosos de un juez lo descalifican para juzgar el caso. Incluso los tribunales de justicia en Chad y Sudán no se rebajarían a estos niveles. Esto, sin embargo, es las Naciones Unidas; no hay límite para lo bajo a que la ONU puede llegar.

La CDH de la ONU es territorio ocupado.

Está controlada por regímenes corruptos del tercer mundo que abusan de su tribuna para promover sus egoístas e hipócritas agendas. No tienen ningún derecho histórico sobre este territorio.

Sus tradiciones no acogen los derechos humanos. No hablan su lenguaje.

Por su propio bien, el Consejo debe ser liberado por los líderes del mundo libre para que pueda cumplir la misión para la que fue creada. Graves violaciones de los derechos humanos quedan sin investigar y sin castigo, porque estos fanáticos corruptos han secuestrado y siguen ocupando el cuerpo creado por la comunidad internacional para proteger y ampliar los derechos humanos.

No soy abogado y aun yo veo a través de este transparente y flagrante abuso de autoridad para promover la retorcida agenda política del CDH de la ONU.

Esta no es una Comisión de Investigación creada de buena fe, sino una farsa destinada a montar un simulacro de juicio con el único propósito de desacreditar a Israel.

Con sus acciones, la CDH de la ONU otorga su bendición sobre la ola de antisemitismo que actualmente recorre calles y campus en todo el mundo. Es cómplice en el movimiento para demonizar y deslegitimar a Israel con miras a crear opinión pública para justificar la aniquilación de Israel.

 
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