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| martes noviembre 19, 2024

Patrimonio de la Humanidad: Cuevas de Beit Guvrin – Maresha


Las 480 cuevas de Beit Guvrin-Maresha, es el más reciente Patrimonio de la Humanidad de Israel y, al mismo tiempo, un atractivo sitio turístico, ubicado en el centro del país. Ese parque nacional  de 1250 acres – destino popular y familiar- fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en junio del 2014.

 La atracción principal para los 200.000 visitantes anuales son las cuevas de tiza hechas por el hombre (200 en Beit Guvrin, 200 en Maresha y 80 en el medio). A lo largo de 2.000 años, la gente utilizó estas cuevas como canteras, establos, graneros, almacenes, cisternas de agua, espacios de trabajo para el prensado de uvas y aceitunas, casas de culto de adoración, palomares, escondites y sepulturas.

Tsvika Tsuk,  jefe arqueólogo de la Autoridad de Parques Nacionales de Israel, confiesa que la Cueva de Bell es responsable de la elección de su profesión. En 1972, durante una excursión, se encontró con los restos de un antiguo osario. Lo  notificó a la Autoridad de Antigüedades su hallazgo y forma parte del depósito de la institución.

Esta cueva, conformada por 70 cuevas conectadas en forma de campana, es tan espectacular para ver como para sentir, ya que la temperatura desciende  a medida que se baja. Inscripciones árabes de la época islámica y cruces de las Cruzadas decoran las paredes de la Cueva de Bell, sirviendo como prueba de que existía actividad aquí desde hace 2000 años. También aparecen,  en lo alto de una pared,  figuras de palitos de un niño y una niña, apodados “Los Mellizos”, por eso también se la conoce como “ Cueva de los Niños”. Y por razones desconocidas  recibe el nombre de la Cueva Abigail a la que se puede acceder con coches de bebes y es apta para discapacitados  así como al Anfiteatro Romano y al centro de visitantes.

El sitio no  siempre fue accesible al público. Pero Beit Guvrin-Maresha no era amigable para el público hasta que el gobierno israelí invirtió en un proyecto entre 1988 al 2002, empleando a muchos de los inmigrantes recién llegados de la ex Unión Soviética para excavar y sanear las cuevas, construir senderos, señalización, baños, áreas de picnic, estacionamientos, restaurantes y un centro de visitantes en colaboración con la firma arquitectónica de paisajes de Jerusalém Shlomo Aronson.

Las 480 cuevas de Beit Guvrin-Maresha forman parte de un área más amplia, que va desde el valle de Ela bajando casi hasta Beersheva, conocida como la Tierra de las Mil Cuevas (Tsuk estima que pueden ser hasta  10.000).

 
Comentarios
josé rafael berroterán

Me siento honrado al recibir de Uds. tanta información que, por otras vías o medios no me son accesibles.

Gracias

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