[La fábrica SodaStream en Mishor Adumim donde muchos palestinos trabajaban hasta que la empresa decidió trasladarse (Foto: Gil Yohanan)]
Durante una gira de conferencias por Sudáfrica, hace unos tres meses, Bassam Eid, un palestino residente en Jerusalén Oriental y activista de derechos humanos, expresó duras críticas al movimiento BDS – y esto en un país donde la campaña de boicot tiene particularmente fuerte apoyo público. «Los líderes del movimiento se sorprendieron al oír a un palestino que dice que Israel no es un estado de apartheid», dijo Eid en una entrevista con Yedioth Ahronoth, publicación hermana de Ynet.
Los comentarios de Eid, que provocaron una amplia cobertura en los medios de comunicación locales, obligaron a la misión diplomática palestina en Pretoria a emitir un comunicado señalando que Eid no representa a los palestinos y que el embajador palestino reconoce la importancia del movimiento BDS.
Usted es una rara avis, ¿no?
«Es cierto,» Eid dijo con una sonrisa. «Soy una muy rara avis. Pero es la verdad. Cada palabra que digo se basa en hechos».
Nacido en 1958 en el barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén, Eid creció en el campo de refugiados de Shuafat en el noreste de Jerusalén y se mudó hace unos 15 años a Beit Hanina, en Jerusalén Oriental.A finales de los años 1980, se asoció con el grupo de personas que fundaron B’Tselem y trabajó para la organización durante siete años. A partir de entonces, creó una nueva organización de derechos humanos, el Grupo de Monitoreo de los Derechos Humanos Palestinos.
A diferencia de B’Tselem, la organización de Eid se centró sólo en violaciones de derechos humanos cometidas por la Autoridad Palestina en la Margen Occidental y el régimen de Hamas en la Franja de Gaza.
«Hay muchas organizaciones de derechos humanos en Israel, mientras que casi no hay ni había organizaciones en la Autoridad Palestina que monitorearan sus acciones en este sentido», dijo Eid.
El comienzo parecía prometedor. La organización de Eid recibió una importante financiación de los estados europeos y logró emplear investigadores que operaban en la Margen Occidental y la Franja de Gaza. Hace cinco años, sin embargo, las cosas cambiaron, y la financiación de Europa se acabó.
«Creo que ocurrió porque la política europea en los últimos años ha sido la de mano dura contra Israel y no contra la AP», dijo Eid. «Ellos ven a Israel como el principal obstáculo para el proceso de paz y quieren apoyar a la AP. Una de las maneras de demostrar este apoyo es dejar de financiar a organizaciones que son críticas de la AP”.
Incapaz de sobrevivir sin la financiación, la organización de Eid fue cerrada. Desde entonces, ha estado viajando por el mundo, dando conferencias y entrevistas, criticando a la AP y, más recientemente, tratando de explicarle al mundo que las actividades del movimiento BDS sólo están socavando el sueño de un estado palestino.
¿No es más natural para un palestino apoyar tal tipo de acciones?
«Me opongo al boicot porque sólo termina por perjudicar a los propios palestinos. Tomemos, por ejemplo, la planta SodaStream en Mishor Adumim, que ahora está trasladando algunas de sus operaciones a Beer Sheva. Me he reunido con palestinos que trabajaban en la fábrica y fueron despedidos a causa del traslado. Me dijeron que allí ganaban un promedio de NIS 5.000 al mes, y que hoy les están ofreciendo salarios de apenas 1.400 NIS en la AP.
«La gente está muy endeudada porque han asumido compromisos a largo plazo basados en el entendimiento de que su trabajo en la planta continuaría; pero la realidad les ha dado una bofetada debido a la presión creada por el movimiento BDS. Hoy, están corriendo entre los tribunales y las oficinas de alguaciles y ¿nadie les hace caso? ¿Cree que el movimiento de boicot se preocupa por ellos?»
Los defensores del movimiento de boicot creen que la presión económica obligará a Israel a llegar a un acuerdo de paz con los palestinos y retirarse de la Margen Occidental.
«No estoy de acuerdo con ese argumento. Durante el próximo período, Israel invertirá todos sus esfuerzos en la lucha contra el boicot, por lo tanto la opción de las negociaciones de paz no estará en la agenda en lo absoluto. Los defensores del boicot, respaldados por los estados europeos, han abierto otro frente en el conflicto, en vez de invertir todos sus esfuerzos en lo más importante – las negociaciones».
Pero no hubo negociaciones durante el año pasado.
«Es cierto, pero la apertura de un nuevo frente en la forma de un boicot sólo retrasará la apertura de conversaciones por otros dos o tres años. Están reclamando por todo lo que es apartheid en Israel, y por lo tanto lo que funcionó en Sudáfrica puede funcionar aquí también, pero Israel no es un estado de apartheid».
Contaminado con antisemitismo
Muchos creen que el movimiento BDS está contaminado con antisemitismo, y Eid no tiene ninguna duda en este sentido. «Hay muchos elementos antisemitas que han saltado sobre el carro de BDS», dice. «Me pregunto por qué esas mismas personas se mantienen en silencio cuando los palestinos son asesinados en el campo de refugiados de Yarmuk en Siria. Sobre eso digo: No son judíos – No son noticia. Esta es también la razón por la que la cosa que más me molesta es el hecho de que haya judíos entre los dirigentes del movimiento BDS».
Eid no cree que el movimiento BDS tiene la capacidad de crear un efecto dominó que conduzca a una intensa presión internacional sobre Israel. «Mire cuántas disculpas y aclaraciones se han publicado desde que el CEO de Orange, Stephane Richard, habló en contra de Israel», dice. «Hay que entender – el equilibrio de poder entre el movimiento BDS e Israel es exactamente el mismo que el equilibrio de poder entre Hamas e Israel. Hamas nunca derrotará a Israel en ninguna guerra, y lo mismo pasa con el movimiento BDS. El público israelí le da mucho más crédito y poder del que realmente se merece».
Eid, sin embargo, hace notar que nada dura para siempre. «El mundo se mantiene relativamente tranquilo cuando se trata de violaciones (de derechos humanos) perpetradas en la Margen Occidental por parte de Israel como estado democrático», dice. «Esto es conveniente para el gobierno israelí, pero finalmente la presión internacional vendrá con el tiempo. No obstante, espero que esta presión venga en forma de zanahorias, no de palos – para que el mundo le deje claro a Israel lo que ganará poniendo fin a la ocupación, en lugar de adoptar boicots que sólo alejarán el sueño de un estado palestino».
Entonces, ¿cuál cree usted que es la mejor solución?
«Si los israelíes no combaten la ocupación ellos mismos, nunca podremos luchar contra ella. En lugar de llamados al boicot, me gustaría ver a un millón de judíos de pie afuera de la Oficina del Primer Ministro en Jerusalén y exigiendo una solución que ponga fin al conflicto palestino-israelí; pero también sé que Netanyahu es un hombre terco y no será fácil».
¿Cree usted que el liderazgo palestino lo ve como un traidor?
«Tal vez piensan que soy un traidor o un colaborador o un agente de la CIA. No me importa Yo sé lo que le duele el hombre palestino de la calle y lo que realmente le preocupa – Y es su seguridad económica y no los boicots. Líderes palestinos como Jibril Rajoub están tratando de usar el arma de boicot para ascender en la escala política. Voy a Nablus, Belén y Ramallah y sé que muchos palestinos están de acuerdo conmigo».
Como palestino, ¿cuál es su mensaje al movimiento BDS?
«Quiero decirles que hemos tenido nuestra ración de guerras aquí; y mientras el pueblo palestino no esté boicoteando a Israel, no es necesario que lo hagan por nosotros.»
¿Tiene críticas para Israel también?
«El público israelí está un poco aturdido. No sabe quién está liderando y hacia donde lidera. El principal problema es la ocupación, y los israelíes aún tienen que internalizar el hecho de que la ocupación conlleva un muy alto precio, que los propios israelíes pagarán».
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4667098,00.html
Traducido para porisrael.org por José Bluemenfeld
«Mientras el pueblo palestino no esté boicoteando a Israel, no es necesario que lo estén haciendo con nosotros» sabías y esclarecedoras palabras.