Un día y más de cinco siglos llevamos avergonzándonos, algunos españoles, de ser españoles. Una vergüenza que llevamos a cuestas desde aquel aciago día cuando los Reyes Católicos firmaron la ignominiosa expulsión de otros españoles que profesaban un Judaísmo que trajo el esplendor y el progreso a esta tierra conocida también como Sefarad.
Hemos sabido que el pasado 25 de febrero se protagonizó, en la Universidad Autónoma de Madrid, un esperpéntico y diabólico hecho conducido por los enemigos del progreso, la cultura y la fe. Enemigos del Judaísmo, y por ende de los judíos, que solo desean la destrucción de Israel y la aniquilación de todos los judíos ¿Suena fuerte? No tanto como la realidad en la que vivimos en este país llamado España. El objetivo de ciertos colectivos, grupos y todas sus confluencias antisemitas tienen las mismas metas y prácticas que el yihadismo que decapita y crucifica a los que no se someten a sus dictámenes. Un antisemitismo disfrazado de antisionismo, como si eso fuera un argumento válido, que justificara su agresividad y violencia.
El boicot a la conferencia de un profesor israelí, Haim Eshach, en la Universidad Autónoma de Madrid sigue manchando el buen nombre de esta sociedad que se caracteriza por su intransigencia y despotismo antijudío. Nunca podemos progresar en una España que no protege efectivamente a los que vienen a formar e instruir, entre otros, a nuestros profesores, maestros y pedagogos. Haim Eshach es un especialista en cómo enseñar Ciencia y Tecnología en la etapa preescolar. Un aprendizaje pionero en el que Israel está formando a los niños desde su más tierna infancia.
La mencionada conferencia fue suspendida a causa de la agresividad mostrada por los que protestaban poniendo en peligro la integridad de los asistentes ¿Por qué no llamaron los rectores de la universidad a las Fuerzas del Orden? Es incomprensible que una banda de violentos, puedan impedir esta u otra actividad en un centro educativo como es la Universidad Autónoma de Madrid.
Otra cosa que sorprende son los comentarios de algunos medios remarcando que la conferencia “no tenía ningún tinte político ni religioso” ¿Si hubiera tenido tintes políticos o religiosos estaría justificado el boicot y las agresiones? Algo anda muy mal en un país cuando se cuestiona, en alguna forma, la libertad democrática y religiosa, aunque no sea la intención hacerlo. Solo por el hecho de citar que la conferencia no tenía tintes políticos o religiosos para que fuera boicoteada es una forma muy preocupante de justificación al boicot contra Israel y sus ciudadanos.
En la moderna España del siglo XXI las cosas no han cambiado lo suficiente como para olvidar el trasfondo antijudío que muchos de nuestros compatriotas profesan. Las dos Españas que visualizó Antonio Machado siguen enfrentándose, pero no la una contra otra sino las dos contra los judíos sean nacidos en esta España o fuera de ella. Mientras una España muere de incultura y atraso social la otra bosteza de pereza y desidia. Este antisemitismo arraigado en el corazón de una mayoría de españoles se trasmite como las enfermedades genéticas de padres a hijos llevando a este país al infierno del involucionismo cultural, político, religioso, científico y de progreso. Tenemos el corazón helado ¡Qué Dios nos guarde!
“Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón” (Antonio Machado)
Me siento extraño y ajeno a hechos de esta naturaleza, en tanto que ciudadano de un pais al que no reconozco … avergonzado ante el cariz que vienen adoptando en el, determinadas formas de sectarismo inquisitorial, de judeofóbia y bajeza moral … Vaya por delante, que me resisto a créer que tales aberraciones constituyan una máxima generalizada, consciente como soy, del aumento de interes y simpatias que Israel y por extension el pueblo judio, vienen sucitanto en sectores cada vez mayores de la sociedad …. Lamentablemente, causan mas ruido y perturbacion, un corro de nécios vociferando con estruendo, que una mayoria que por respeto, pudor o recato prefiere guardar silencio, con tal de no hacerse participe de su desvario …
Mi «pátria» definitivamente, no responde a parámetros geograficos, politicos y culturales, sino a elementos mucho mas sutiles, en los cuales los principos dictan los objetivos, y en los valores se substancian los códigos de conducta y las leyes ….