[Contralor del Estado Yosef Shapira (Foto: Gil Yohanan)]
Traducido para porisrae.org por José Blumenfeld
El reciente informe del Juez Contralor del Estado, Yosef Shapira, emitido el martes, no tiene escrúpulos en esbozar el fracaso del gobierno para responder exitosamente al movimiento BDS. Comienza describiendo que el movimiento está detrás de “acciones de ciertas organizaciones internacionales anti-israelíes dirigidas a deslegitimar a Israel, tanto en el plano ético como en el político, en diferentes países del mundo, presentando a Israel como único estado de Apartheid y que causa daño real a Israel a través de boicots académicos, culturales, financieros y comerciales”.
“Este fenómeno no ha sido pasado por alto por los tomadores de decisiones en el nivel político”, señala el informe. “Y sin embargo, a finales de 2015, aún había confusión en cuanto a qué autoridades y recursos son de competencia del Ministerio de Relaciones Exteriores y cuáles del Ministerio de Asuntos Estratégicos, con respecto a una respuesta al movimiento BDS, mientras que los acuerdos que se alcanzaron con anterioridad entre los dos ministerios, en el año 2012, nunca fueron actualizados”.
A pesar de la decisión del Gabinete de Seguridad en octubre de 2015 que concedió al Ministerio de Asuntos Estratégicos (presidido en ese momento por Gilad Erdan del Likud) la autoridad para montar y gestionar el combate del estado contra los boicots, el informe del contralor del estado manifestó que el ministerio carece de ciertas ventajas operativas que el Ministerio de Relaciones Exteriores tiene, incluyendo más de 100 delegados estacionados en todo el mundo que ya tienen un profundo conocimiento de la dinámica local – necesario para encarar una respuesta eficaz a los BDS. Además, es probable que los delegados del Ministerio de Relaciones Exteriores han establecido conexiones con aliados locales en su combate contra los BDS, incluidas las organizaciones asociadas empáticas hacia Israel.
A pesar de que, en 2013, al Ministerio de Asuntos Estratégicos se le asignó una amplia gama de poderes para dirigir la batalla del gobierno contra las fuerzas que buscan deslegitimar a Israel y contra cualquier iniciativa de boicot, el ministerio no logró utilizar todo el presupuesto que se le asignó para estas tareas, y no alcanzó logros significativos en este campo. Tampoco pudo actualizar sus planes de trabajo en 2015.
La división, dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores, encargada de combatir los boicots, que tiene sólo dos puestos, todavía tiene que formalizar medidas claras para evaluar las metas del ministerio con respecto a los boicots. Por esta razón, al ministerio le fue difícil presentar algún logro en su lucha para frustrar los esfuerzos para deslegitimar a Israel, a nivel académico y a nivel cultural, en los sindicatos profesionales y en la opinión pública en varios países. De hecho, el informe del contralor del estado indicó que, de acuerdo con la información proporcionada por los representantes internacionales del ministerio, estos problemas se han incrementado.
El informe continúa diciendo que parece que, a pesar de que la amenaza de boicots está aumentando, los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Asuntos Estratégicos han estado ocupados discutiendo entre ellos por diversas competencias, en lugar de cooperar hacia su objetivo común.
En 2010, el Ministerio de Asuntos Estratégicos recomendó que el entonces Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, aprobara la creación de una división oficial, dentro de la Oficina del Primer Ministro, encargada de la investigación y el desarrollo estratégico necesarios para definir la política del gobierno en relación con su lucha contra los intentos para deslegitimar a Israel. En agosto de 2011, el entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, expresó su objeción a esta recomendación. La división no se creó.
Después, el Director General de la Oficina de Asuntos Estratégicos comenzó a crear una red de voluntarios que uniría a una lista de organizaciones judías en un esfuerzo conjunto para combatir al movimiento BDS. La iniciativa enfrentó objeciones del Director General del Ministerio de Relaciones Exteriores, que se opuso a que la Oficina del Primer Ministro creara nuevos puestos y asignara presupuestos al Ministerio de Asuntos Estratégicos para gestionar dicha red. “Cualquier intento de construir una coalición con nuestros aliados naturales en el extranjero no sólo es inapropiado según la propia definición de las funciones del Ministerio de Asuntos Estratégicos, es un despilfarro y bordea un acto absurdo”, dijo.
En enero de 2012, el director general del Ministerio de Relaciones Exteriores le escribió al jefe del Consejo Nacional de Seguridad en respuesta a su decisión con respecto a la división de responsabilidades entre los dos ministerios, diciendo que lo que debía hacerse era fortalecer a los expertos en la materia dentro de los sistemas existentes que se ocupan de este tema”, en lugar de crear divisiones paralelas y duplicadas, cuya participación en el tema genera más inconvenientes que ventajas”. De acuerdo al director general, crear tales divisiones causaría “una dualidad confusa que, en lugar de promoverlo, dificultaría el trabajo que se está haciendo, debilitando a nuestros delegados y agobiando a nuestras misiones”.
Tres meses más tarde, los dos directores generales llegaron a un acuerdo en cuanto a la forma de dividir las diferentes autoridades y responsabilidades entre los dos ministerios, pero el acuerdo nunca fue actualizado.
El informe continúa diciendo que el Ministerio de Asuntos Estratégicos no recibió los servicios necesarios relacionados con la consecución de sus objetivos, tales como consejo legal, contable, adquisición, o gestión de recursos humanos. Tenía que depender de la Oficina del Primer Ministro para obtenerlos. Esto continuó incluso después de octubre de 2015, cuando el Consejo de Seguridad encargó al Ministerio de Planificación Estratégica la tarea de “liderar la campaña contra la deslegitimación de Israel y su boicoteo, tanto abierto como encubierto”. De acuerdo con el contralor del estado, la decisión del Gabinete hizo poco para brindar una solución a la falta de personal general y de gestión, necesarios para promover los objetivos estratégicos y diplomáticos pertinentes. Los Ministerios de Asuntos Estratégicos y de Relaciones Exteriores continuaron objetándose mutuamente después del decreto de la Oficina del Primer Ministro.
[Un cartel publicado por el movimiento BDS]
A pesar del hecho de que los institutos de educación superior siguen representando la mayoría del campo de operación del movimiento BDS, la división del Ministerio de Relaciones Exteriores encargada de comunicaciones y Hasbara no ha ejecutado ningún plan detallado con respecto a la lucha contra la deslegitimación de Israel a través de campus en América del Norte y Gran Bretaña.
El informe del contralor dice, a continuación, que a pesar de la participación de diversos delegados en atajar al movimiento BDS, participación que incluyó principalmente monitoreo de iniciativas de boicot promovidas por organizaciones no gubernamentales, además de un único emisario que el Ministerio de Relaciones Exteriores había enviado a la Embajada israelí en Londres, a partir del verano de 2015 no hubo ningún delegado enviado con el explícito propósito de combatir al movimiento BDS. La importancia de enviar tales delegados se hizo evidente cuando, en agosto de 2014, la Embajada de Israel en La Haya le escribió al Ministerio de Relaciones Exteriores diciendo que una de sus dos posiciones que se ocupaban de los asuntos públicos aún no había sido cubierta. En la misma época, las actividades anti-Israel en Holanda habían resultado en “más de 50.000 holandeses descargando una aplicación en sus teléfonos que promueve iniciativas de boicoteo por parte de consumidores.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ha explicado que, si bien tiene como objetivo asignar más delegados a la lucha contra el movimiento BDS, recientemente ha estado tratando con “recortes de mano de obra y presupuestarios”, y que ha encontrado cada vez más difícil reclutar más cadetes.
El informe del contralor del estado también mencionó el fracaso del gobierno para combatir el antisemitismo en el extranjero junto, y tal vez relacionado, con el creciente movimiento BDS. Los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Asuntos de la Diáspora, ambos se ocupan de este problema, pero según el informe, no han cooperado entre sí en la materia.
El Ministerio de Relaciones Exteriores no pudo interceptar la hostilidad
El informe del contralor indicó que el Ministerio de Relaciones Exteriores no ha tenido éxito en la gestión de su campaña de Hasbara, y que no pudo mantener a raya la abierta hostilidad dirigida contra Israel por parte de ciertos grupos en el extranjero. Como resultado, los mensajes promovidos por el movimiento BDS han logrado convencer a sectores de la población que solían defender inequívocamente a Israel.
Según el informe, se ha encontrado una gran cantidad de sentimiento anti-israelí en muchos países y, particularmente, en Europa y en países musulmanes. En Alemania, por ejemplo, el 60 por ciento de los encuestados expresaron críticas hacia Israel, mientras que sólo el 30 por ciento expresó alguna simpatía. De manera similar, Suecia tiene una tasa de 68 por ciento de críticas, pero en Turquía fue aún mayor, donde el 86 por ciento expresó sentimientos anti-Israel.
Se encontró que la situación era un poco mejor en Estados Unidos, pero aun ahí se ha detectado una erosión, como la encontrada en la secta más liberal del Partido Demócrata que está insegura en su apoyo a Israel, y mientras las estadísticas generales del país han bajado del 70 por ciento de apoyo en 2009 al 59 por ciento en la actualidad.
La Unidad del Portavoz de las FDI no está sincronizada con el Ministerio de Relaciones Exteriores
Mientras las cosas continúan progresando en relación con el movimiento BDS, la Unidad del Portavoz de las FDI ha emitido su propia declaración, criticando al Ministerio de Relaciones Exteriores y a los funcionarios de la Oficina del Primer Ministro a cargo de Hasbara por “esperar ser interrogados y no aportar información por sí mismos“ y dijeron que era ”imposible recibir una imagen clara en cuanto a las acciones que habían llevado a cabo tanto en el país como en el extranjero“ y que el ministerio ”no parece tener listo ningún plan“. Añadió que ”no se había recibido ninguna solicitud concreta del Ministerio de Relaciones Exteriores para hacer algo sustancialmente diferente en un esfuerzo para mejorar las cosas u ofrecer apoyo”. La Unidad del Portavoz de las FDI concluyó diciendo que no existe una política oficial de comunicaciones establecida por su oficina y el Ministerio de Relaciones.
Al tope de las críticas dirigidas a las oficinas del gobierno, el informe también encontró que la Unidad del Portavoz de las FDI había retrasado la aprobación de la distribución de material visual del campo de batalla, lo que había trabajado en beneficio del movimiento BDS.
La Unidad del Portavoz de las FDI aceptó esta crítica, pero afirmó que el esperar que se aprueben las imágenes “no retrasó las cosas”.
El gobierno, por su parte, y específicamente el Ministerio de Relaciones Exteriores, ha reconocido que deben añadirse más puestos para delegados de habla árabe, para promover un diálogo con la comunidad de habla árabe de Medio Oriente, pero que el ministerio ha estado teniendo dificultades para cubrir dichos puestos, lo que dificulta considerablemente su capacidad para comunicarse con la prensa nacional y extranjera de habla árabe.
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