El BDS, Boicot, Desinversión y Sanciones, es un movimiento judeófobo que pretende ilegitimar a Israel y extiende sus belicosas maniobras contra las comunidades judías
Desde el anuncio del concierto de la Orquesta Sinfónica de Jerusalén en el teatro Municipal Los Condes en Santiago de Chile, este acto ha estado bajo asedio del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones, BDS, el cual, según sus adictos, trabaja para impedir el intercambio económico, comercial y cultural con Israel, a fin de presionar al Estado judío para que cese la irreal opresión a los palestinos. Pero, en verdad, es un movimiento judeófobo que pretende ilegitimar a Israel y extiende sus belicosas maniobras contra las comunidades judías.
Las estrategias del BDS se parecen a las desplegadas por los nazis al adueñarse del poder en la Alemania de 1933. Según los nazis, el boicot era en represalia por las atrocidades que los judíos perpetraban para dañar a Alemania. Las SA nazis se ubicaban frente a los negocios de judíos, pintaban estrellas de David en los locales, junto a carteles con enunciados antisemitas que instaban: “no compren a judíos”, “alemanes defiéndanse de los judíos” y “los judíos son nuestra desgracia”.
Así, en numerosas oportunidades el BDS junto a la Federación Palestina de Chile han llamado a boicotear actividades comunitarias judías. En esta ocasión, los pérfidos socios distribuyeron afiches con la imagen del director de la orquesta israelí, Yeruham Scharovsky, salpicado de sangre y un texto en el que acusan a Israel de tratar de lavar sus crímenes con cultura.
Días antes, dicha orquesta se presentó en Lima y el mismo afiche fue distribuido por las calles de la capital peruana. También enviaron una carta al Coordinador del Teatro Nacional, contentiva de calumnias y estereotipos con la osadía de impedir el concierto. No obstante, en Lima, el evento fue exitosísimo, con la sala llena y una magistral presentación. Frente al teatro, hubo tres personas portando carteles que expresaban conocidos lemas de aversión antijudía. En Perú aún no han desarrollado las campañas de odio que el BDS ha protagonizado en Chile, pero sin duda ese es su propósito. Chile es la cabeza de playa para avanzar.
La agresividad del BDS adolece de credibilidad y son obvias sus malas intenciones, pues sólo se dedica a demonizar a Israel, mientras mantiene silencio frente a verdaderas atrocidades, como las que ocurren, por ejemplo, en Siria, Irán, Nigeria
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