Lara Alqasem (Foto: AFP)
Traducido para Porisrael.org por Dori Lustron
Es posible, definitivamente es posible, que el Estado de Israel haya permitido que Lara Alqasem ingrese al país desde el principio. El daño que se pudo haber hecho a Israel al negar su entrada, como sostienen algunos artículos, a veces excede los beneficios de hacer cumplir la ley .
Pero con el debido respeto a los escritores de estos artículos, el artículo D (2) de la Ley de Entrada en Israel establece claramente que:
- no se otorgará un permiso de entrada a una persona que no sea nacional israelí «si él, la organización o el cuerpo del que actúa en nombre de este, a sabiendas, hace un llamado público para boicotear a Israel «.
Alqasem dirigió un capítulo local de los Estudiantes por la Justicia en Palestina, el cuerpo que dirige el boicot contra el Estado de Israel, y cuyas cabezas rechazan la existencia misma del Estado de Israel
No hay argumento que los ministros del gobierno actuaron de acuerdo con su autoridad. Pero la Corte Suprema revirtió la decisión el jueves porque, en opinión de los honorables jueces, no es razonable: «El deseo de Alqasem de estudiar en Israel está en contradicción con la idea de boicotear a Israel». ¡¿Perdóneme?! ¿Estos jueces viven en Israel? Después de todo, las universidades de Israel tienen profesores y estudiantes que apoyan el movimiento de boicot. Y el líder más prominente del movimiento de boicot, Omar Barghouti, era, y quizás sigue siendo, un estudiante de la Universidad de Tel Aviv. Está viajando por todo el mundo y predicando para la erradicación de Israel. ¿Es su insistencia o la de Alqasem estudiar en una universidad israelí una indicación de algo?
Podría continuar con más y más argumentos mencionados en la decisión, pero no hay suficiente espacio para cubrirlos todos. Debido a que el problema con el fallo fue y sigue siendo la determinación que la decisión de negar la entrada a Alqasem no fue razonable.
El rango de respuestas razonables se supone que es amplio. Muy amplio. De lo contrario, la discreción del poder ejecutivo debe ser revocada y transferida a los juristas. Algunos ciudadanos desaprueban las decisiones tomadas a discreción del poder ejecutivo. Pero si todo lo que los ciudadanos, en su mayoría pertenecientes a los medios de comunicación y la élite académica desaprueban se volviera irrazonable, podríamos declarar muerta a la democracia
Además, dos tribunales inferiores ya han dictaminado que la decisión fue razonable. Es decir, el sentido común dice que si los ministros del gobierno y dos jueces en dos tribunales consideran que la decisión es razonable, necesariamente se encuentra dentro del rango de respuestas razonables. Pero no para los jueces de la Corte Suprema, que cuanto más minimizan el rango de respuestas razonables, minimizan la democracia. Y en general, según la regla creada el jueves, cualquier partidario de BDS podría decir que cambió de opinión e infiltrarse en Israel.
Lo absurdo de la afirmación de razonabilidad se vuelve mucho más inquietante cuando se revisa la lista de personas a las que se les ha negado la entrada a otros países democráticos. Gran Bretaña negó la entrada a los ciudadanos estadounidenses Michael Alan Weiner (Michael Savage) y Shirley Phelps-Roper, así como al político israelí Moshe Feiglin debido a sus opiniones. Estados Unidos negó la entrada al académico suizo Ramadan Tariq, al adolescente británico Luke Angel y a Liza Maza de Filipinas debido a sus opiniones. Y hay muchos otros. No eran miembros de organizaciones que rechazaban el derecho a existir de los países que les negaban la entrada. Pero en Israel, como dijo una vez el fallecido juez Menachem Elon, a veces hay confusión entre el estado de derecho y el gobierno de los jueces. El jueves vimos otro ejemplo de eso.
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