Los derechos humanos cada vez mas torcidos

Ha sido un tema tabú desde siempre, y la Autoridad Palestina ha contado con complicidades varias en organismos internacionales como para mantener fuera de los ámbitos de las noticias, las violaciones a los derechos humanos contra sus ciudadanos.

Pero en el mundo de las redes sociales, cada vez es más difícil ocultar algo. Es así que hace pocos días trascendió un hecho tenebroso que a su vez abrió el velo que escondían historias tan o más atroces.

Isra´a era una joven maquilladora en su pueblo, Beit Sahour, cerca de Belén. Se comprometió con su novio hace tres semanas y lo publicó en sus redes sociales. La alegría le duró muy poco. El 22 de agosto murió en un hospital. Según los primeros datos de la investigación, cayó de un balcón de su casa. Tres de sus hermanos están detenidos, acusados de arrojarla al vacío. No aprobaban su relación. Isra´a llegó viva al hospital, pero hasta allí llegaron los hermanos y volvieron a golpearla hasta matarla. Unos audios lo confirman. La familia niega y dice que la joven se tiró al vacío porque sufría problemas mentales. Una versión que los amigos de Isra´a y activistas de derechos humanos rechazan de plano.

Isra´a tenía 21 años y se ha convertido en la víctima número 18 de los denominados «crímenes de honor» que se han perpetrado en 2019 en los territorios palestinos. Su asesinato ha levantado una ola de indignación, primero en redes sociales, y después en manifestaciones en distintas ciudades: Ramala, Belén,y Jerusalem. Por primera vez, cientos de mujeres palestinas se han atrevido a desafiar el sistema que impera en la Autoridad Palestina que le da impunidad a los hombres que maltratan hasta la muerte a sus esposas, hermanas, y parientes del sexo femenino.

Hay un Código Penal Palestino desde 1960 que da penas muy menores a violadores, maltratadores e incluso asesinos, ya que es muy difícil que aparezcan las cargas de la prueba porque el miedo es el factor predominante para que la violencia sexista se desarrolle con libertad.

Amal Jayat, activista pro derechos humanos, se ha atrevido a salir a hablar con medios internacionales y decir que muchas mujeres palestinas están dispuestas a seguir saliendo a la calle y que es necesario para combatir la «epidemia de sexismo, acoso sexual, intimidación, abusos y agresiones» contra ellas que, además, «se considera la norma» en la sociedad palestina.

Ante el escándalo internacional las autoridades palestinas se vieron obligadas a reaccionar, y el primer ministro, Mohamed Shtayeh, reconoció que se debe «fortalecer el sistema de legislación que protege a las mujeres». Palabras. Y quizás una investigación por el ruido de la noticia.

Las mujeres palestinas con sus derechos en cero saben también que sus autoridades glorifican la muerte y el asesinato. Un terrorista que asesina un civil israelí que está esperando un bus es un mártir; todos los ciudadanos de Israel sin excepción son «soldados sionistas» y por ende matarlos a todos es una misión sagrada que merece recompensa: la Autoridad Palestina usa del dinero que le llueve desde Europa y Naciones Unidas , 355 millones de dólares por año para pagar como recompensa a las familias de los denominados «mártires», quienes para Mahmoud Abbas son «estrellas en el cielo».

Las mujeres palestinas deben ser plenamente conscientes que no sólo no están en la consideración de sus propias autoridades para defender sus derechos, sino que a altas autoridades de la comunidad internacional tampoco les importa. Y si tienen alguna duda, la Alta Comisionada de DDHH de ONU Michelle Bachelet las sacó de dudas esta misma semana.

En un extenso discurso sobre violaciones a los derechos humanos, en la primera reunión de la 42ª. Sesión del Consejo de DDHH del lunes pasado 9 de setiembre, Bachelet consideró que el tema más importante como para extenderse como capítulo aparte, es la situación en la frontera entre Gaza e Israel.

Le preocupa muy poquito Venezuela, menos Siria, y nada por supuesto de las aberraciones que sufren las mujeres bajo las garras de Hamas y de la Autoridad Palestina.

Bachelet no mencionó ni siquiera por equivocación los miles de cohetes que llegan desde Gaza a poblaciones civiles de Israel. Ni se le pasó por la mente señalar que la agresión contra civiles es un delito internacional.

Pero no le alcanzó. Las manifestaciones violentas contra la frontera entre Gaza e Israel, delito por donde se lo mire en cuanto al intento de un grupo terrorista de violar los límites de un estado soberano para asesinar a sus ciudadanos ,Bachelet lo llamó «pacífica marcha del retorno».

O sea, la Alta Comisionada de DDHH de la ONU considera que Hamas, apoyado por las armas de Irán tiene derecho de llegar a la frontera con Israel, destruir la frontera, entrar, asesinar cuanto israelí encuentre a su paso para proceder a lo que ella corrobora como retorno.Pero el estupor no quedó allí. Bachelet dijo que las manifestaciones de Hamas no fueron pacíficas, sino «rotundamente pacíficas».

Si las mujeres palestinas que no soportan más la violencia sexista que sufren a diario tenían ilusiones que sus voces sean escuchadas internacionalmente, perdieron ampliamente.Si los brutales violadores de los derechos humanos en Siria temían que desde la ONU les llegaría la condena y el castigo, pueden respirar tranquilos y seguir asesinando como lo hacen desde hace siete años.

Y si alguien pensó que el Consejo de DDHH iba a recuperar la cordura y cumplir su misión, pensó mal, muy mal. Entre una Alta Comisionada que arrasa con los derechos en lugar de defenderlos y un Consejo en el cual se incorpora el Sr. Maduro, los derechos humanos pasan a estar definitivamente torcidos, la impunidad seguirá cobrándose víctimas, la ley será la de la selva, y sálvese quien pueda.