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| viernes marzo 29, 2024

Enemigos de la paz


Donald Trump ha divulgado su plan de paz para Oriente Medio. Es un plan justo y realista, lo que desgraciadamente quiere decir que hay pocas esperanzas de que los palestinos cumplan con su parte para que funcione. Los principales partidos de Israel lo han suscrito ya, así que ahora sólo queda en manos del liderazgo palestino decidir si su pueblo va a conocer la paz o por el contrario va a seguir hundido en la miseria.

En primer lugar, el plan de Trump da carpetazo a cualquier discusión sobre el abandono de la solución de los dos Estados, dado que llama a la creación de un Estado palestino, a cumplimentarse en cuatro años, con capital en “Jerusalén Oriental”. Israel ha dado el visto bueno a “cuatro años de congelación territorial” y a  un mapa de elaboración norteamericana que establece las fronteras del propio Israel y de un Estado palestino que comprende cierta expansión territorial palestina. El plan dice:

Aproximadamente el 97 [por ciento] de los israelíes de la Margen Occidental quedarán incorporados a un territorio israelí contiguo, y aproximadamente el 97 [por ciento] de los palestinos de la Margen Occidental quedarán incorporados a un territorio palestino contiguo.

Israel ha dado asimismo el OK a los requerimientos de la Casa Blanca para el establecimiento de un Estadio palestino viable. En términos generales (el texto tiene más de 180 páginas, apéndices incluidos), esos requerimientos son los siguientes: el Estado palestino debe estar sometido al imperio de la ley, asegurar las libertades políticas y los derechos humanos de sus ciudadanos, tener instituciones financieras transparentes, poner fin a la incitación al terrorismo en el sector educativo, lograr “el control civil y legal efectivo sobre todo el territorio” y desmilitarizar a su población. Por lo que hace a Gaza, esto implica desarmar a las organizaciones terroristas, desmilitarizar la propia Franja y dar el control completo a la Autoridad Palestina o a cualquier otro actor aceptable para Israel.

El plan incluye también programas detallados sobre las infraestructuras, la seguridad y la mejora económica de Palestina.

Sea como fuere, a la hora de llevar la paz a Israel y a los palestinos, el diablo no está en los detalles sino en las generalidades. Así, los líderes israelíes llevan mucho tiempo anhelando la paz, mientras que su contraparte palestina lo que quiere es destruir Israel.

Trump anunció su plan en la Casa Blanca junto con el primer ministro Netanyahu; ambos hablaron de oportunidades, paz, prosperidad y de unas relaciones cordiales entre aliados. Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abás, llamó a un día de la ira.

He aquí el meollo de la cuestión. Los dirigentes palestinos antepondrán siempre un días de la ira a una década de paz. Y es su mera negativa tanto a reconocer el derecho de Israel a existir como a negociar en buena fe lo que condena al sufrido pueblo palestino. Los jerarcas palestinos se han negado a reunirse con los americanos desde que Tump anunciara la apertura de la embajada de EEUU en Jerusalén, en 2017.

Durante décadas, esa contraproducente obstinación encontró apoyo en otros líderes árabes de la región, lo que mantuvo la cuestión israelo-palestina en el centro de todo debate sobre la estabilidad en Oriente Medio. Pero este estado de cosas ha llegado extraoficialmente a su fin. A raíz de las crecientes agresiones iraníes contra sus vecinos suníes –y del errado esfuerzo de Barack Obama por reforzar a la República Islámica–, Arabia Saudí y otros reinos suníes han fraguado una alianza no escrita con Israel contra Teherán. Así que tienen preocupaciones más acuciantes que el último berrinche de Abás. Y sin el apoyo saudí y de otros aliados críticos, los palestinos pierden buena parte de su capacidad de presionar.

En parte es por esto que EEUU no se vio presionado a esperar los aportes palestinos para divulgar su plan. Y he aquí también por qué, si los líderes palestinos vuelven a desperdiciar una oportunidad, todo el mundo se las apañará salvo el pueblo palestino.

© Versión original (en inglés): Commentary
© Versión en español: Revista El Medio

 
Comentarios

«Diran paz y seguridad, y sobrevendrá destruccion repentina»
asi viene dicho en un pasage de la epístola del Apostol Pablo a los Tesalonicenses incluida en los escritos neotestamentarios …

acuerdos de paz, entre israelies y palestinos, se han venido sellando ya unos cuantos desde aquel lejano inicio de conversaciones entre las partes … por demas está ahora recordar en qué han quedado todos ellos, y cual fue el nivel de compromiso manifestado entonces por los «abajo firmantes» sigularmente en lo tocante a la parte «palestina» …
¿Que cambios substanciales pueden inducirnos ahora a pensar que ésta vez será «diferente»? …si tenemos en cuenta los citados precedentes, y el escaso «entusiasmo» con el que la propuesta ha sido reciba por los dirigentes «palestinos», nada invita desde luego al optimismo, por muy buena que sea la disposicion manifestada por Trump y Netanyahu, en representacion de sus respectivos paises, y estimable el voluntarismo exhibido por ámbos …
La paz solo se puede sellar, cuando existe identica voluntad por alcanzarla entre cada una de las partes en litigio, lo cual es óbvio reconocer que no sucede a dia de hoy …
Una paz «impuesta» careceriá de valor como tal y de recorrido, de suerte que a la vuelta del lápso de tiempo preciso para considerar su fracaso, estariamos condenados a regresar a la casilla de partida …
Honestamente no atisbo razon alguna, que dé lugar siquiera a un resquício de esperanza … lamento decirlo

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