Este editorial no es sobre Irán, Siria o Hezbolá. Tampoco sobre la tensión con la Autoridad Palestina y ni siquiera sobre el Coronavirus. Es sobre la historia de un héroe, uno de aquellos que no precisa guerras ni operativos secretos para ser merecedor del título: Mijael Ben-Zikri, de 45 años, de Ashdod.
Mijael estaba pasando un buen rato con su esposa junto a un arroyo cercano a Ashkelon, en la zona de Zikim, cuando súbitamente oyó gritos de socorro. Una mujer desesperada pedía ayuda. Estaba con sus 3 sobrinos en el agua, y sentía que se estaban hundiendo. Mijael no dudó un instante. Le dio los lentes de sol a su esposa y salió corriendo. “Ya vuelvo”, le dijo. Pero no volvió más.
Mijael salvó a la mujer y a los tres niños, uno por uno. Cada vez que volvía al rescate, tenía menos fuerzas, pero no daba el brazo a torcer. Al lograr sacar el último, no pudo más. Absolutamente agotado, exhausto, cayó al fondo del lago, ya no pudo salir. Cuando los rescatistas llegaron, no les quedó más que confirmar su muerte.
Así nomás, en medio del día, en una jornada común y corriente, el mundo conoce a un verdadero héroe, un hombre que no dudó cuando se percató de que alguien precisaba ayuda. De hecho, dio su vida para salvar a otros. Así de sencillo y de cierto.
Y como en estos lares la realidad parece a menudo salida de una película de ficción, quiso el destino que la familia a la que Mijael salvó era de la aldea beduina Hura en el Neguev. Al funeral de Mijael llegaron no sólo sus familiares y amigos, sino también una delegación de notables beduinos de Hura y otras localidades de la zona, a agradecer por su nobleza, a disculparse por lo sucedido y a asegurar que no lo olvidarán jamás.
En un mundo duro y complejo como el que es hoy nuestro hogar, alienta saber que hay gente buena. Así, simplemente…buena y valiente, dispuesta a arriesgarse para ayudar al prójimo. Como Mijael, de bendita memoria.
El Presidente de Israel Reuven Rivlin decidió entregar un reconocimiento especial a la familia de Mijael, por su comportamiento cívico.
A la ceremonia fue invitada la esposa de Mijael, Jeli, sus hijos y la familia Al-Karem de Hura. Para honrar la actitud ejemplar de Mijael Ben-Zikri, se estará instaurando la Medalla Civil por Servicio Destacado en pro de la sociedad. Un honor lleno por cierto de dolor y de bondad.
Z.L