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| jueves noviembre 21, 2024

A un paso del acuerdo que puede transformar Medio Oriente

Después de semanas de especulaciones, Arabia Saudita dio señales de estar lista para rubricar el documento junto a Estados Unidos e Israel que servirá de contención para Irán y China en la región. Pero persisten dudas por la ausencia de los palestinos


Una combinación de fotos del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Están muy cerca de un histórico acuerdo que deja afuera a los palestinos. (Sputnik/Mikhail Klimentyev/Kremlin via REUTERS)

Arabia Saudita está decidida a firmar un pacto militar que lleva a Estados Unidos a dar protección y defender al reino a cambio de un acuerdo de paz con Israel. Y está dispuesta a hacerlo incluso si Israel no ofrece concesiones importantes a los palestinos en su apuesta por la creación de un Estado. Los tres países se preparan para un anuncio conjunto en las próximas semanas y podría haber una firma con acto en la Casa Blanca.

En una entrevista que el príncipe heredero de Arabia Saudí y gobernante de facto del país, Muhammad bin Salman, dio a la televisión de su país la última semana reconoció con una sonrisa que se vislumbra un acuerdo. “Cada día estamos más cerca. Parece que por primera vez es real, serio”. El pacto sería, dijo, “el mayor acuerdo histórico desde la Guerra Fría”. Dos días más tarde, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, confirmó que los tres países estaban llegando a la “cúspide” del acuerdo. Dijo que se trataba de “un salto cuántico”. Como muestra del avance en las conversaciones, el ministro de Turismo israelí viajó esta semana a Riad para asistir a una conferencia de su sector.

El acuerdo podría cambiar las relaciones de fuerza en Medio Oriente y es el más significativo de los alcanzados en esa región en varias décadas. Crearía un muro de contención ante Irán y las ambiciones expansionistas de China en la región. Joe Biden necesita de un acuerdo importante a nivel global como es este para su campaña de reelección del próximo año.

Un manifestante palestino arroja piedras con una honda durante choques con las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza. Los palestinos fueron excluidos del acuerdo entre sauditas, israelíes y estadounidenses. (AP Foto/Adel Hana)Un manifestante palestino arroja piedras con una honda durante choques con las fuerzas israelíes en la Franja de Gaza. Los palestinos fueron excluidos del acuerdo entre sauditas, israelíes y estadounidenses. (AP Foto/Adel Hana)

Sin embargo, todavía hay algunos aspectos que no están tan claros. En principio, es el del papel de los palestinos. Hasta ahora, Arabia Saudita se había negado a cualquier tipo de acercamiento con Israel –como lo hicieron últimamente los Emiratos Árabes y otros países del Golfo- si no se hacían grandes concesiones a los palestinos, particularmente los de la Franja de Gaza. Eso, ahora pareciera haber cambiado. Pero es posible que el tema vuelva a surgir a último momento.

El otro elemento sin márgenes determinados es el del tipo de acuerdo de defensa que proveería Estados Unidos a los sauditas. El pacto parecería ser de mucha menor envergadura que los que la potencia tiene con los países de la OTAN que era lo que el reino buscaba inicialmente cuando el asunto fue discutido por primera vez entre el príncipe Bin Salman y el presidente Joe Biden durante la visita del estadounidense a Ryad en julio de 2022. De acuerdo a fuentes del Pentágono, difundidas por la agencia Reuters, se trataría de una alianza militar como la que Washington mantiene con varios países asiáticos o como la que tiene con Bahrein, donde la Quinta Flota de la Armada estadounidense tiene su base. También podría designar a Arabia Saudí como “aliado extra OTAN”, un estatus que ya tiene Israel. Y ninguno de estos acuerdos necesitaría la aprobación del Congreso, lo que facilitaría las cosas para Biden.

Arabia Saudita busca garantías vinculantes de protección en caso de ataques como el que recibió el 14 de septiembre de 2019 contra sus principales plataformas petroleras y que sacudieron los mercados mundiales aumentando el precio del crudo. Irán habría estado detrás del ataque y la pregunta que queda en el aire es si Estados Unidos actuaría directamente contra Irán en un caso similar. Un funcionario estadounidense que habló con Reuters, dijo que los parámetros de un pacto de defensa aún se estaban elaborando, y añadió que lo que se está discutiendo “no sería un tratado de alianza ni nada por el estilo …. Sería un entendimiento de defensa mutua, menos que un tratado completo”. Agregó que sería más parecido a la relación de EE.UU. con Israel, que recibe las armas más avanzadas de Washington y realiza ejercicios conjuntos de la fuerza aérea y de defensa antimisiles.

El encuentro la última semana del presidente Joe Biden y el primer ministro Benjamin Netanyahu en Nueva York. Las relaciones se enfriaron a raíz de las medidas extremas tomadas por el israelí. (REUTERS/Kevin Lamarque)El encuentro la última semana del presidente Joe Biden y el primer ministro Benjamin Netanyahu en Nueva York. Las relaciones se enfriaron a raíz de las medidas extremas tomadas por el israelí. (REUTERS/Kevin Lamarque)

Las conversaciones incluyen la posibilidad de un programa civil saudita de energía nuclear, con una instalación de enriquecimiento de uranio. De acuerdo al Wall Street Journal, esto se lograría manteniendo una supervisión directa de científicos y militares estadounidenses que estarían a cargo de la planta. Se supone que Arabia Saudí está dispuesta a firmar la Sección 123 de la Ley de Energía Atómica de Estados Unidos, que establece un marco para la cooperación nuclear pacífica estadounidense, una medida que Riad se había negado a adoptar anteriormente.

Aunque este proyecto sería de naturaleza civil, y el objetivo tácito de Estados Unidos es evitar una carrera armamentística nuclear en Oriente Medio, el príncipe Bin Salman dijo que se reserva el derecho a buscar armas nucleares si Irán cruza el umbral y las obtiene. “Si ellos consiguen una, nosotros tenemos que conseguir una… aunque no queramos que eso suceda”, dijo en la entrevista televisiva.

El sensible tema de las garantías para los palestinos estuvo en el centro de las conversaciones. Los palestinos podrían conseguir que se suavizaran algunas restricciones israelíes, pero esas medidas no estarían a la altura de sus aspiraciones a un Estado. Al igual que en otros acuerdos árabe-israelíes forjados a lo largo de las décadas, la principal demanda palestina de un Estado pasaría a un segundo plano, según los negociadores regionales familiarizadas con las conversaciones que hablaron con la prensa en la última semana. “La normalización será entre Israel y Arabia Saudita. Si los palestinos se oponen, el reino seguirá su camino”, dijo una de las fuentes a Reuters. “Arabia Saudita apoya un plan de paz para los palestinos, pero esta vez quería algo para Arabia Saudita, no sólo para los palestinos”.

Un incendio envuelve una planta de refinamiento de petróleo en Abqaiq, Arabia Saudita, tras bombardeo el 14 de  Septiembre de 2019. Se sospecha que Irán estuvo detrás del ataque. (REUTERS/Stringer)Un incendio envuelve una planta de refinamiento de petróleo en Abqaiq, Arabia Saudita, tras bombardeo el 14 de Septiembre de 2019. Se sospecha que Irán estuvo detrás del ataque. (REUTERS/Stringer)

El príncipe Bin Salmán habló hace dos semanas en una entrevista en Fox News de la necesidad de que Israel “facilite la vida de los palestinos”, pero no mencionó la creación de un Estado. Sin embargo, los sauditas aseguran que insisten en algunos compromisos por parte de los israelíes “para demostrar que no abandonamos a los palestinos”. Entre ellos, exigir a Netanyahu que transfiera parte del territorio controlado por Israel en Cisjordania a la Autoridad Palestina (AP)que limite la actividad de los asentamientos judíos y que detenga cualquier paso para anexionarse partes de Cisjordania. Riad también prometió ayuda económica.

El presidente palestino, Mahmud Abbas, reafirmó en declaraciones recientes que cualquier acuerdo debe reconocer el derecho palestino a un Estado dentro de las fronteras de 1967, incluido Jerusalén Este, y debe detener la construcción de asentamientos israelíes. Netanyahu insistió con que los palestinos no deberían tener derecho de veto sobre ningún acuerdo de paz. Sin embargo, los palestinos fueron consultados y estuvieron al tanto por parte de los sauditas de lo que estaba sucediendo y el martes pasado viajó a Ryad un enviado especial de Abbas que recibió un informe específico.

A pesar de que la saudita es una monarquía casi absoluta, el príncipe sabe que, si deja totalmente afuera del acuerdo a los palestinos, tendrá grandes presiones internas. Sólo el 2% de los jóvenes sauditas apoya la normalización de las relaciones con Israel, según la Encuesta de la Juventud Árabe 2023, frente al 75% en Emiratos Árabes Unidos y el 73% en Egipto, los dos países que mantienen lazos formales con el Estado judío.

El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, recibe al presidente estadounidense, Joe Biden, en el Palacio Al Salman de Yeda, Arabia Saudita, el año pasado. (Bandar Algaloud/Cortesía de la Corte Real saudí/vía REUTERS)El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, recibe al presidente estadounidense, Joe Biden, en el Palacio Al Salman de Yeda, Arabia Saudita, el año pasado. (Bandar Algaloud/Cortesía de la Corte Real saudí/vía REUTERS)

El acuerdo podría también provocar una conmoción en la política israelí. La coalición de extrema derecha que sostiene a Netanyahu incluye partidos que representan a los colonos judíos religiosos de Cisjordania ocupada, que se oponen a cualquier concesión a los palestinos. Los colonos también tienen una fuerte representación dentro de su propio partido, el Likud. Todos le advierten al premier que se opondrán a cualquier compromiso o acuerdo en el que Israel tenga que renunciar al control de cualquier territorio. Israel ya lleva nueve meses de inestabilidad política por las posiciones extremistas tomadas por Netanyahu y cualquier movida del premier podrían encender la mecha de nuevos y violentos enfrentamientos.

Biden no la tiene mucho mejor. Deberá enfrentar las críticas de la prensa y de muchos legisladores, tanto republicanos como demócratas, que denuncian al régimen de Ryad por su intervención militar en Yemen, sus medidas para apuntalar los precios del petróleo y su papel en el asesinato en 2018 del periodista saudita Jamal Khashoggi. Aunque un acuerdo con ciertos equilibrios puede darle al presidente estadounidenses la posibilidad de presentarlos como “un regreso de Estados Unidos a una región que parecía que habíamos abandonado”. Y es una contención sobre China que había mediado hace unos meses un inédito acuerdo entre Arabia Saudita e Irán.

Todavía se trabaja en “un marco formal y en elementos jurídicos”, dicen en Washington. Todo indica que en los próximos días se podría anunciar una firma en el jardín de las rosas de la Casa Blanca intentando crear un clima como el que logró Bill Clinton cuando se firmaron hace 30 años los Acuerdos de Oslo y en el que se estrecharon la mano Ytzhak Rabin y Yasser Arafat. Aunque esta vez, se sentirá la falta de los palestinos.

 
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