El pasado viernes, siete civiles, entre ellos un niño de 14 años, fueron asesinados en un atentado terrorista palestino perpetrado en Jerusalén. Mientras en Israel la tristeza y el llanto se hacían presentes en cada hogar, miles de palestinos salían a las calles a celebrar este derramamiento de sangre, repartiendo dulces, bailando y hasta lanzando fuegos artificiales. A la mañana siguiente un niño palestino de 13 años perpetró otro atentado terrorista a apenas metros de la Ciudad Vieja de Jerusalén, hiriendo de gravedad a un padre y su hijo ...