Abandono un rato la cuarentena para ir a pasear a Pampa, nuestra perra. Con mascarilla y la esperanza de que no pase nada malo. Entretanto, mis hijas, cada una en una ciudad con sus respectivas familias, no tienen el privilegio de un espacio más abierto. Trato de buscar signos positivos aquí y allá. Hoy encontré el discurso feliz de la lluvia sobre la hierba, un árbol goteando sobre las matas. Todo se ha vuelto a cuentagotas, todo bien parece escaso, ...