Cuando escribo estas líneas, está por comenzar un nuevo viernes en el que se espera una presencia multitudinaria de gazatíes junto a la frontera con Israel. Tienen muchas razones para estar desesperados y para volcarse en cualquier salida, real o falsa, que alguien les indique. Ellos saben que su “Marcha del retorno” no conduce a ninguna parte, más que a nuevas dosis de dolor, porque aunque el sufrimiento sea real, están siendo encaminados al abismo. No podrán marchar porque para ...