Comencemos por el final. Richard Goldstone cometió un crimen moral. No contra el Estado de Israel sino contra los derechos humanos. Los convirtió en un arma para uso de regímenes oscuros. Goldstone no fue negligente. Lo hizo con malicia. La crítica, efectuada en los primeros días siguientes al informe, lo fue en base a un estudio preliminar. Pero el tiempo pasa. Y cuanto más se revelan los detalles de este informe, más se hace claro que es un ...