El reconocimiento siempre tarda en llegar cuando se trata de gobernantes conservadores. En EEUU, esto ha llevado a una dinámica en la que políticos demonizados durante toda su carrera por la izquierda son considerados décadas después dechados de virtud por la propia izquierda para atacar a sus sucesores. He ahí el ejemplo de Ronald Reagan, vilipendiado mientras fue presidente pero que ahora es ensalzado para hacer de menos a los líderes republicanos que vinieron después. Lo mismo parece estar pasando con ...