Tantas veces ha pasado que era previsible que volviera a ocurrir. Esta semana los optimistas titulares de la prensa presagiaban una “larga” tregua entre Hamás e Israel. Las columnas se llenaron de detalles de las fases de un plan de pacificación gradual. El espejismo duró muy poco. Para el terrorismo, sentarse a conversar implica “poner muertos sobre la mesa” (¿nos suena de algo, españoles?). Y, si no se consigue causarlos del otro lado, no hay inconveniente en provocar la propia ...