Samuel Auerbach El mundo celebra la caída del “faraón” Hosni Mubarak. Hasta sus amigos americanos, de los cuales recibía una suculenta ayuda anual, están contentos con su renuncia. Desde el comienzo de los disturbios, le aconsejaron que abandone el poder y deje que el pueblo determine democráticamente su destino. Mubarak se sintió solo, dentro y fuera de su país. Se fue el dictador y todos muy contentos. Pero no es regla indefectible que a toda dictadura le suceda una democracia. No todos ...