De todos los enemigos que un pueblo pueda tener los peores son lo religiosos. La teología es en ellos el adhesivo que los mantiene pegados a su odio. Tal fue el caso de Hilarión Capucci, el infierno lo hunda aún más en sus entrañas. Los palestinos acaban de bautizar una calle con su nombre, lo consideran un héroe por haberles suministrado armas y seguramente también formación valiosa. En una persona de su categoría, en un prelado de la iglesia cristiana-sobre ...