Davor Bakovic es un hombre singular. A sus 63 años parece mantener las energías propias de un jovencito de 20, la alegría de vivir inspirada seguramente no sólo en la belleza de su original jardín en su hogar en Neve Ilan, cerca de Jerusalem, sino en el espíritu con el que creció. Gracias, en gran medida según afirma, a su madre, Mira, fallecida en 1998, pero aún muy presente en su vivencia .Y al escuchar su historia, claro está que ...