Es difícil hallar las palabras para expresar la angustia que nos oprime el corazón. Y la preocupación por los tiempos difíciles que probablemente se avecinen. Y la ira y desesperación por ver que viven entre nosotros, los hombres y mujeres normales, quienes se consideran con derecho y hasta obligación de obrar en nombre de Dios en la Tierra, manchando por cierto los principios básicos de la Fe. De cualquiera. Amanecimos con las terribles noticias sobre el atentado terrorista cometido en la ...