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| sábado diciembre 21, 2024

KI TISA-PURIM 5778


El Pueblo de Israel recibe la orden de contribuir, cada uno, con medio shekel de plata para el Santuario. También son dadas las instrucciones para construir el Kior, una gran vasija de agua para el Tabernáculo, junto con el aceite de unción y el incienso. Los artesanos “sabios de corazón” Betzalel y Ahaliav son puestos a cargo de la construcción del Santuario; el pueblo recibe nuevamente el mandamiento de observar el Shabat.

Cuando Moshé no vuelve en el momento esperado del Monte Sinaí, la gente hace un Becerro de Oro y lo adora. Di-s se propone destruir a la nación de Israel, pero Moshé intercede por ellos. Moshé desciende del monte cargando las Tablas del Testimonio grabadas con los Diez Mandamientos; viendo a la gente bailar alrededor de su ídolo, rompe las Tablas, destruye el Becerro de Oro y manda a matar a los principales líderes de la revuelta contra Di-s. Luego vuelve hacia Di-s y dice: “Si no los perdonas, bórrame de Tu libro que has escrito.”

Di-s perdona, pero dice que los efectos del pecado serán sentidos por muchas generaciones. Primero, Di-s propone mandar Su ángel junto a la gente para guiarlos, pero Moshé insiste que Di-s Mismo los acompañe hasta la Tierra Prometida.

Moshé prepara un nuevo juego de tablas y sube la montaña una vez más, donde Di-s reinscribe el pacto en estas Segundas Tablas. En la montaña, Moshé es agraciado con la visión de los Trece Atributos de Misericordia Divinos. Tan radiante es el rostro de Moshé a su regreso del monte, que debe cubrírselo con un velo, que se retira sólo cuando habla con Di-s y para enseñarle la ley al pueblo.

 

LA PEQUEÑA TRAMPA DE MOSHE

Cuando Moshé descendió del Monte Sinaí y vio el Becerro de Oro, inmediatamente rompió las Tablas que recibiera de Di-s. Hay muchos Midrashim que explican esta actitud: Que repentinamente las Tablas se le hicieron pesadas, que sufrió un arranque de ira, etc., pero hay un Midrash por demás interesante, que muestra no sólo el amor de Moshé por el Pueblo de Israel, sino lo que se puede llamar la “picardía judía”.

Tras la rotura de las Tablas se entabló un diálogo entre Di-s y Moshé que se podría simplificar de esta manera:

“Moshé, debido a que el pueblo pecó contra Mi, violando los Diez Mandamientos de las Tablas, los borraré de la faz de la tierra”.

“¿Qué Mandamientos violaron?”

“Ya te dije, los de las Dos Tablas”

“Pero si ellos no las recibieron, ni siquiera llegaron a leerlas, porque cayeron de mis manos y se rompieron, ¿cómo puedes decir que violaron algo que ni siquiera llegaron a conocer?”

Y en base a este argumento Moshé logró el perdón Divino para el Pueblo de Israel.

PURIM Y EL JUICIO DE NÜREMBERG

Cuando Haman, uno de los ministros del rey, obtuvo permiso para eliminar a la población judía en todo el imperio. La reina Ester, también judía, consiguió convencer al rey de que revocase esa decisión, lo que produjo una gran alegría que hasta hoy se festeja en Purim.

Como consecuencia de ello Haman y sus diez hijos fueron colgados y sus nombres aparecen listados en la Meguilá.

Luego de la ejecución, el rey le preguntó a Ester que más podía hacer por su pueblo y ella respondió “que cuelguen en la horca a los 10 hijos de Haman” (Ester 9-13) respuesta que desconcertó a los sabios y estudiosos durante siglos, porque los hijos de Haman ya estaban muertos.

Una importante clave para explicar esto se encuentra en la Meguilá, en la lista de los 10 hijos de Haman ejecutados, pues aparecen tres letras hebreas más pequeñas que todas las demás, la Taf, la Shin y la Zain y una letra la Vav más grande que el resto. El valor numérico de la letra Vav es 6 y se refiere al sexto milenio el resto de las letras pequeñas suman 707 juntas hacen emerger el año 5707 que en el calendario gregoriano corresponde a 1946, año en que fueron ejecutados los diez enemigos jurados del pueblo judío, luego del juicio de Nüremberg, del mismo modo, ahorcados como en Shushan muchos años antes.

De hecho los convictos eran 11 pero Herman Goering se suicidó en su celda una hora antes de la ejecución. Inexplicablemente además, Julius Streicher, otro de los ajusticiados, grito justo antes de morir “fiesta de Purim. 1946”

El 16 de octubre, día de la ejecución, tal como aparece en el periódico respectivo, coincidió en ese año con la festividad judía de Hoshana Raba, el séptimo día de Sucot, considerado tradicionalmente por el Zohar como un día de juicio para las naciones del mundo.

Un último detalle se refiere al tiempo futuro cuando se habla en la Meguilá (9-13) del ahorcamiento de los hijos de Haman después de su muerte, presagiando así que aún quedaba pendiente otro, el que se produjo en la fecha escondida en el mismo texto Taf Shin Zain 1946.

La historia que vincula a Purim con los nazis es uno de los ejemplos más dramáticos que proporcionan los científicos israelíes sobre los muchos con los que la Biblia profetiza el futuro. (www.jabad.org.ar)

 

Tirar los dados

Por Yanki Tauber

Numerosos factores contribuyeron a la salvación del pueblo judío del decreto de Haman, entre ellos el llamado de Mordejai a los judíos al arrepentimiento y los esfuerzos de Esther… Sin embargo, el nombre de la fiesta—la palabra elegida para expresar su esencia—se refiere a un detalle aparentemente menor: el hecho que Haman seleccionó la fecha de la aniquilación de los judíos dejándolo a la suerte (pur en Pérsico es «sorteo»). Obviamente, en la importancia de este sorteo de Haman radica el significado de lo que es Purim.

¿Por qué Haman lo dejó a la suerte? Porque estaba intentando romper lo que, en su mente, era un «ciclo vicioso» que había estado persiguiéndolo a él y su gente desde la aparición de la nación judía hace mil años. Grandes y poderosos hombres, desde Faraón a Nabucodonosor—para no mencionar a los propios antepasados de Haman, los Amalecitas—habían intentado destruir este pueblo. Los judíos tienen un Di-s grande y poderoso, pero también tienen este necio hábito de encolerizarlo con sus transgresiones. Todo lo que uno necesita hacer, parecería, es esperar el momento oportuno. Pero siempre, a último momento, los judíos se arrepienten y, de nuevo, su Di-s se reconcilia con ellos y los salva.

Haman supo que los judíos habían pecado de nuevo rindiéndole culto al ídolo de Nabucodonosor y festejando el banquete de Ajashverosh; ¿pero quién sabe cuánto tiempo durará su alejamiento de Di-s esta vez?

«Siempre que nuestros planes giren en torno a la virtud o iniquidad de Israel, razonaba Haman, se repetirá siempre el mismo viejo «escenario». ¿Puede ser que Di-s realmente cuida a este pueblo más que a otro? ¿Puede ser que Él realmente se deleite con las buenas acciones y se encolerice por las malas? Ciertamente Di-s está más allá de todo esto. Podría haber un nivel de realidad en que la bondad se premia y el mal se castiga, pero en un plano más elevado, estas cosas evidentemente no tienen sentido», sigue pensando Haman. «En ese nivel, un Di-s verdaderamente infinito no tiene la preocupación de lo que sucede en el mundo material, y el primer ministro del imperio más poderoso de la tierra puede hacer lo que quiera a una pequeña y dispersada minoría».

Así que Haman lo dejó a la suerte, esperando «conectar» con ese nivel de realidad que transciende las leyes de lo bueno y lo malo—en ese nivel de realidad en que, él creyó, todo estaba a disposición de cualquiera, libre de cualquier regla moral como un tiro de dados.

Lo que Haman no comprendió fue que el pueblo de Israel es el pueblo elegido de Di-s—incluso en el nivel de «elección divina», que transciende todo criterio lógico, Di-s los desea y los protege. Es verdad que Di-s, en esencia, está más allá de todo; pero este mismo Di-s escogió—sin otra razón que Su deseo—tomar al pueblo de Israel como Suyo propio.

El judío siempre sabe esto en lo más profundo de su alma, aun cuando su conducta externa, a veces, se aleje de esta conciencia. Ésta, finalmente, es la razón del por qué siempre volvemos a Di-s, y por qué Di-s siempre, al final, nos perdona.

Esto es la esencia del milagro de Purim, y la esencia del milagro llamado el Pueblo de Israel. (www.es.chabad.org)

 

¡¡¡PURIM SAMEAJ!!!

 

 
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