Para aquellos que van siguiendo de cerca la actitud de la UE hacia Israel en la última década, la última medida adoptada no le debería sorprender. Es una continuación natural de una clara política europea dirigida a aislar a Israel en el ámbito internacional mediante la eliminación de la legitimidad de su existencia como estado judío. El 29/7/2013, día en que el secretario de Estado estadounidense John Kerry llamó a las delegaciones israelí y palestina para conversaciones de paz, la Unión Europea anunció que desde el comienzo de 2014 no iba a transferir ningún tipo de financiación para un proyecto israelí situado o que opera más allá de las líneas de armisticio. Las únicas excepciones incluían a las organizaciones israelíes que operaban para dañar el control israelí en estas o para las entidades israelíes no judías. El momento escogido, probablemente, no fue al azar y el mensaje era muy claro. Europa no está a favor de la convivencia, sino que desea dañar la posición de Israel. Para Europa, el “proceso de paz” no es una manera de lograr la paz, sino un camino para criminalizar a Israel.
Incluso entonces quedaba claro que esto no era más que un primer paso en la guerra política y económica europea contra Israel. Con la publicación de la anterior directiva anti-judía, la jefe de asuntos exteriores de la UE de entonces, Catherine Ashton, anunció que en pocos meses la UE emitiría las directrices para marcar productos judíos de Judea, Samaria, Jerusalén y los Altos del Golán. Antes de la publicación de estas directrices, en mayo de 2013, la ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, Linas Lincoisios, dijo en una entrevista para el diario “Jerusalem Post”, que el señalamiento de los productos israelíes en estas áreas sería sólo el primer paso en la política que terminará en el boicot europeo total de los productos israelíes.
Según los expertos que se ocupan del tema, las directrices actuales para el etiquetado de productos serán acompañadas seguidamente con una serie de medidas contra el turismo en Israel. Cada agencia de viajes de Europa y de Israel, que incluyan viajes en la Ciudad Vieja de Jerusalén, por ejemplo, se serán sometidas a investigaciones y se les cobrarán reclamaciones y deberán presentar informes. Todos los materiales promocionales que afirmasen que el Muro Occidental se encuentra en Israel pondrían a la agencia en peligro de ser demandada civilmente por publicidad engañosa y abusiva. El Ministerio de Turismo tendrá dificultades para operar en Europa y la industria del turismo se verá perjudicada. Esta cuestión ya ha sido probada. En abril de 2010, la Autoridad de Turismo del gobierno británico prohibió que el Ministerio de Turismo utilizase imágenes en sus publicaciones oficiales con el Muro de los Lamentos, ya que de acuerdo con Gran Bretaña, Jerusalén Este no es parte de Israel.
El Embajador de la UE en Israel, Lars Faborg-Andersen, dijo que un foro de negocios el mes pasado que la señalización de productos no es un punto final. “En el futuro se tomarán medidas adicionales”, ha aclarado. Como reitera desde hace diez años el profesor Gerald Steinberg, fundador de la organización NGO Monitor, la Unión y sus Estados miembros están financiando organizaciones registradas como ONG sin fines de lucro de Israel para que estas hagan sus actividades, incluida la publicación de informes y la producción de películas, calumniando a Israel y llamando a un boicot en su contra. La Unión utiliza estas actividades para “demostrar” la maldad de Israel y para justificar la adopción de políticas hostiles. Por ejemplo, la organización Ir Amim, que opera para eliminar la legitimidad del control israelí sobre Jerusalén, ha recibido financiación durante el año pasado de los gobiernos de Noruega, Suecia, los Países Bajos y la Unión Europea. En 2010, la organización publicó un artículo en la página del “Huffington Post”, pidiéndole al gobierno de Estados Unidos que rompa sus relaciones con Israel, o al menos para que detenga el apoyo estadounidense a Israel. La organización también apoyó la decisión del Reino Unido de prohibir que el Ministerio de Turismo use imágenes publicitarias del Muro de los Lamentos y salió a defender al reino por tal decisión.
Bueno… tenemos un completo engranaje que produce una falsa imagen, discriminatorio y perjudicial de Israel, sus políticas y su naturaleza. A continuación, utiliza la imagen creada por sus agentes con el fin de justificar una política encaminada a eliminar la existencia legítima del Estado judío.
Ponerse los guantes
A la luz de esta situación, la pregunta es ¿cómo debería actuar Israel? La respuesta del gobierno ante la señalización de los productos no demuestran ninguna intención de responder a la guerra política de la Unión Europea. El primer ministro habló muy bien cuando afirmó que Europa debía avergonzarse por la decisión y con razón los ministros y los miembros de la Knesset; incluyendo la ministro de Justicia Ayelet Shaked y el diputado Yair Lapid; afirmaron que la medida era antijudía. Sin embargo, la medida clave inicial que adoptó el gobierno no es indicativa de la existencia de un pensamiento profundo o específico que ha llegado el momento de quitarse los guantes y luchar, antes de que nos encontremos en un boicot integral. Europa ya ha pasado a otra fase. Ella no se avergonzará. E incluso si hubiesen europeos avergonzados, aquella vergüenza no detendrá la guerra Europea en nuestra contra. Es un poco irónico que las directrices para el etiquetado de los productos se registraron una semana en la que se conmemora el aniversario del Kristallnacht (la noche de los cristales). Después de todo, la ciudad de Umea prohibió la participación judía en los eventos que tuvieron lugar esta semana para conmemorar el pogrom que inició oficialmente el Holocausto.
La diputada árabe israelí Hanin Zoabi, que es incapaz de abrir la boca sin denigrar a Israel, fue invitada a hablar en una ceremonia conmemorativa en Amsterdam. En su discurso Zoabi comparó a Israel con los nazis. Los de seguridad echaron a los manifestantes pro-israelíes que se quejaban de sus palabras ya que el acto fue organizado por miembros de la izquierda alemana. Para muchos, la forma más beneficiosa para quitarse de encima o para tener que lidiar con el hecho de que la mayoría de los pueblos europeos colaboraron con la liquidación nazi de los judíos europeos, es transformar a los judíos en los nazis.
A la luz de esta situación, la decisión del gobierno de suspender por unas semanas el diálogo político con Europa por la cuestión palestina no es adecuada y equivoca el objetivo. Después de todo, el objetivo de Israel no puede ser que los europeos avergüencen, los países no se avergüenzan. De todos modos, la vergüenza no es una política sino sólo un estado de ánimo.
El objetivo político de Europa ya está claro más allá de toda duda razonable. Europa está interesada en el aislamiento político de Israel y en su debilitamiento económico. Por lo tanto, el objetivo de Israel debe ser la prevención de tal aislamiento. Para lograr el objetivo, Israel debe ser cobrar un precio significativo por las acciones ya adoptadas. Con el fin de cancelarlas, o por lo menos para hacer que la Unión Europea detenga la escalada en su guerra contra Israel.
El anuncio de la pausa temporal en las conversaciones políticas entre Israel y la UE envía un mensaje de falta de seriedad. La decisión sobre el etiquetado es permanente, no temporal. Si ya se va en esta dirección, Israel debería revocar el diálogo político con Europa totalmente, en tanto y cuando la decisión de la señalización no sea anulada. Además, dado el papel central que desempeñan las ONG israelíes en la guerra de Europa, la Knesset debería cancelar la exención de impuestos para las organizaciones que reciben estos fondos del exterior. No puede ser que los contribuyentes subsidien mediante desgravaciones fiscales las actividades hostiles de Europa destinadas a dañar a Israel .
En la actualidad, existe un proyecto de ley que obligaría a las organizaciones a declarar que reciben fondos de gobiernos extranjeros. Aunque es un paso positivo, no es suficiente. Se debe también cancelar sus exenciones impositivas.
Humillación para proteger la economía
Israel debe actuar localmente y también en el ámbito internacional con el fin de limitar el margen de maniobra de los gobiernos europeos. Por ejemplo, se debe cancelar la fuerza internacional temporal ubicada en Hebrón. Esta fuerza, llamada TIPH, fue fundada en 1994 a raíz de la masacre cometida por Baruj Goldstein en la Tumba de los Patriarcas. La fuerza sigue actuando bajo la aprobación israelí que es renovada cada seis meses. La única razón de su ubicación allí es para seguir difamando a Israel y, por lo tanto, no hay ninguna justificación para la continuación de su existencia. Al final del año, cuando se debería renovar el permiso, Israel debería anunciar cancelado su acuerdo ordenando que los miembros de la delegación abandonen el área inmediatamente.
Una parte significativa de las actividades de las organizaciones anti-israelíes se dirigen desde los consulados europeos en Jerusalén. En los últimos cinco años por lo menos, los consulados europeos han confeccionado un plan de escalada en sus planes de guerra política contra Israel. Estos consulados no son reconocidos por el gobierno y los cónsules y sus personales no presentan sus cartas credenciales al gobierno israelí. A la luz de la actividad subversiva y hostil, es el momento de volver a examinar la actitud del gobierno israelí hacia ellos. Por ejemplo, no hay ninguna razón para que Israel siga otorgando sus visas a tal personal o a renovar las visas de los que ya están aquí.
A nivel internacional, como han señalado los profesores de derecho Abi Balle y Eugene Kontorovich hace dos meses – los obstáculos que la UE impone a los productos procedentes de Israel, incluida la Directiva sobre el etiquetado de productos, violan la carta de la organización del comercio internacional. El jefe del Gobierno debería ordenar al Ministerio de Relaciones Exteriores, de Justicia y de Economía cooperar en la preparación y presentación de una demanda – incluso si se requiere la contratación de expertos del extranjero – contra la Unión Europea en el Tribunal de la Organización Internacional de Comercio.
En entrevistas que ofreció Anderson antes y después de la publicación de las instrucciones para el señalamiento, el embajador argumentó que quien dio legitimidad a la decisión ilegal y agresiva de Europa fue el propio gobierno israelí. En 2005, frente al argumento europeo que los acuerdos comerciales no se aplicaban a áreas más allá de las líneas de armisticio de 1949, el ministro de Industria de entonces Ehud Olmert acordó entregarle a Europa el mapa de la Autoridad Postal para permitir a la Unión Europea diferenciar entre productos judíos producidos más allá de las fronteras de 1949 y otros productos israelíes.
A la luz del abuso que Europa está haciendo con la información sobre Israel se debería cancelar este acuerdo y evitar la transmisión de información sobre el código postal en los documentos de los productos israelíes que se exportan a la Unión Europea.
A través de los años, Israel ha tratado de apaciguar a la Unión Europea sin enfrentarla. Después de todo, se trata de nuestro mercado de exportación más grande. Nuestro pensamiento fue, y hasta cierto punto sigue siéndolo, que es mejor absorber la humillación a fin de mantener la economía pero resulta que eso es un error. Cada concesión israelí sólo prepara el terreno para la próxima medida agresiva. Si seguimos en esta línea, nos encontraremos dentro de pocos años escuchando a Ionit Levy (presentadora de noticias) entrevistando a Anderson, explicándonos desvergonzadamente que el boicot económico europeo contra Israel es solamente “un paso técnico” y no sustantivo.
Totalmente de acuerdo con la política comercial de la UE en este asunto en particular. El argumento europeo que los acuerdos comerciales no se aplicaban a áreas más allá de las líneas de armisticio de 1949 es totalmente válido y ajustado al derecho internacional y las innumerables resoluciones de la ONU, algo que ustedes no reconocen ni respetan. Por más que nuevamente vuelvan a utilizar la extenuada hasta el extremo táctica de hacerse las víctimas, no existe ninguna política encaminada a eliminar la existencia legítima del Estado judío sino a poner en su lugar el foco sobre la indebida apropiación de territorios que no les corresponden desde 1949 hasta 1967 y su expoliación al permitir el comercio de artículos producidos en estos para su venta en Europa lo que convierte a esta última en cómplices de tales fechorías.