La mandíbula ha cambiado el concepto que tienen los arqueólogos de las migraciones humanas de África. Cortesía Universidad de Tel Aviv.
El descubrimiento sugiere que la historia de la migración del homo sapiens sucedió al menos 50.000 años antes de lo que se creía.
La mandíbula descubierta recientemente en la cueva de Misliya, en el Monte Carmelo, en Israel, tiene una antigüedad de unos 177.000 a 194.000 años, lo que sugiere que los humanos ya estaban presentes en el Levante al menos 50.000 años antes de lo que se pensaba, según arqueólogos.
El Levante es un término que se refiere a los países que bordean la costa oriental del Mediterráneo y sus islas.
“El descubrimiento cambia por completo nuestra visión sobre la dispersión de los humanos y la historia de la evolución humana”, dijo el profesor Israel Hershkovitz, del departamento de Anatomía y Antropología de la Facultad Sackler de Medicina de la Universidad de Tel Aviv que dirigió un equipo de 35 antropólogos de Australia, Austria, España, Suiza, Francia, Reino Unido y Estados Unidos que encontró la mandíbula.
Un estudio sobre el descubrimiento, publicado en la revista Science en enero, fue escrito por Hershkovitz en colaboración con la profesora Mina Weinstein-Evron, del Instituto Zinman de Arqueología de la Universidad de Haifa.
El consenso general entre los antropólogos hasta ahora es que la aparición de los humanos modernos en África tuvo lugar hace de 160.000 y 200.000 años, para lo cual se basan en fósiles encontrados en Etiopía, y que evolucionaron en ese continente y comenzaron a emigrar hace aproximadamente 100.000 años.
Los científicos usaron varias técnicas de datación del fósil para determinar que la mandíbula tiene por lo menos 170.000 años. También analizaron los restos usando microtomografías computerizadas y modelos virtuales en 3D para compararlos con otros fósiles de homínidos descubiertos en otras partes de África, Europa y Asia.
“Si la antigüedad del fósil de Misliya es de entre 170.000 y 190.000 años, toda la teoría de la evolución del homo sapiens tiene que retroceder por lo menos de 100.000 a 200.000 años”, dijo Hershkovitz. “Si establecemos que los humanos modernos comenzaron a migrar de África hace unos 200.000 años se deduce, entonces, que debieron originarse allí de 300.000 a 500.000 años atrás”.
En las cuevas de Skhul y Qafzeh, también en Israel, se han hallado, hasta la fecha, los primeros restos de un humano moderno fuera de África. Se cree que tienen una antigüedad de entre 90.000 y 120.000 años.
“Nuestra investigación le da sentido a muchos descubrimientos antropológicos y genéticos recientes”, según Hershkovitz. “Hace aproximadamente un año un grupo de científicos reportaron el hallazgo de restos humanos modernos en China que datan de unos 80.000 a 100.000 años, lo que sugiere que su migración tuvo lugar antes de lo que se pensaba, pero hasta el descubrimiento en la cueva de Misliya no podíamos ofrecer una explicación”.
Varias piezas del rompecabezas, entre ellas el hallazgo de la mandíbula, la evidencia de la mezcla genética entre humanos y neandertales y los humanos modernos en China encajan ahora, agregó.
Según Weinstein-Evron, quienes habitaron en la cueva eran cazadores de animales de gran tamaño, como uros, gamos persas y gacelas. Usaban fuego frecuentemente, consumían plantas con regularidad y elaboraron herramientas de piedra propias del primer paleolítico medio con innovadoras técnicas similares a las encontradas en excavaciones junto a los primeros humanos modernos en África.
El vínculo entre la mandíbula con tecnologías tan avanzadas en Levante sugiere que el hallazgo está relacionado con la aparición de homo sapiens en la región, dijo Weinstein-Evron. La mandíbula tiene todos los dientes completos.
Es bien sabido que el Levante fue un importante corredor para las migraciones de homínidos, ocupado en diferentes épocas por humanos modernos y neandertales, pero el descubrimiento del fósil en Misliya sugiere que hubo un reemplazo demográfico o una mezcla genética con las poblaciones locales anterior a lo que se creía.
“Todos los detalles anatómicos en el fosil son completamente consistentes con los humanos modernos, pero algunas de sus características se parecen a las encontradas en los restos de neandertales y otros grupos humanos. Esto sugiere que, aunque África fue el origen de nuestra especie, algunos de nuestros rasgos evolucionaron o se adquirieron fuera de África”, dijo Hershkovitz.
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