Las diatribas antisemitas de John Galliano y una superabundancia de recientes afirmaciones de que existe una conspiración judía, podrán ser desestimadas como excéntricas. Pero son síntomas de un malestar más profundo. Jonathan Freedland The Guardian, jueves 3 de marzo de 2011 Si, como el viejo adagio lo dice, el antisemitismo es un sueño ligero, entonces acaba de despertarse con un sobresalto. En el espacio de pocos días, una serie de eminencias surtidas han bajado la guardia y dado voz a los demonios del ...