La lectura de la Biblia (por supuesto en su hebreo original, nunca en traducciones adaptadas a la mentalidad de otras lenguas, culturas y religiones) nos depara más de una sorpresa incomprensible, al menos al principio. Esos pasajes hacen las delicias de los rabinos en sus yeshivot (escuelas talmúdicas), porque su significado queda abierto a múltiples interpretaciones. Aunque los alumnos se esmeren en recordar los comentarios de los sabios a lo largo de siglos de estudio, la aceptación de tal o ...