SIN DISFRACES Cierta vez en una expedición de caza el rey se extravió en el bosque. Deambuló todo el día, hambriento y sediento. Cuando ya estaba en el límite de sus fuerzas divisó una luz. Haciendo acopio de sus pocas energías restantes avanzó en dirección a ésta. Así llegó a la cabaña de un guardabosque. Desfalleciente golpeó a la puerta. Como en un sueño sintió que unos brazos fuertes lo hacían entrar, lo acomodaban en una silla, y, de pronto vio ...