Menos de una semana después de que las potencias mundiales e Irán anunciaran que habían llegado a un acuerdo nuclear, la frágil lógica que guía la actitud conciliadora del presidente estadounidense, Barack Obama, a lo largo de las negociaciones se ha hecho añicos. La decisión de Obama de ofrecer a Irán un paquete importante de medidas económicas para fomentar la confianza económica se basa en la suposición de que Teherán sería incapaz de resistir la tentación, y el régimen se embarcaría ...