La idea de un estado judío desafió al Vaticano psicológica, teológica y políticamente. Para la Iglesia de mediados del siglo XIX, la noción de que el pueblo judío podía tener derecho a la autodeterminación -y más aún en Tierra Santa- era anatema a su entendimiento del papel del judío en la historia. Por surgir (inevitablemente) en el contexto de emergentes nacionalismos y en una atmósfera de creciente secularismo, liberalismo, y modernismo, y por beneficiarse de todas esas mismas corrientes cuestionadoras ...