La reacción de la progresía a la respuesta de Israel a los ataques terroristas de Hamás muestra la banalidad del bien cuando no es más que supremacismo moralista. Y que la bondad radical es casi tan peligrosa como el mal radical. La mayor parte de la prensa nacional e internacional trata a Israel como si hubiese iniciado la escalada bélica de estos días. También como si fuese el culpable de que los palestinos vivan en una tiranía cada vez más autoritaria. Hay que ...
Israel, los progres y la violencia
Un espectro agita las pesadillas de los europeos. Su nombre es Shylock.