Cuenta un viejo chiste que un judío encuentra en el tren a un correligionario leyendo un periódico antisemita y le pregunta el por qué, a lo que le responde que en la prensa judía sólo halla motivos de alarma y tristeza, mientras que la prensa judeófoba lo describe como un ser poderoso e influyente, lo que eleva su moral. Afortunadamente, aunque muchos medios conservan una mirada desconfiada y agresiva (ahora disfrazada de anti-sionista o anti-israelí), los tiempos han cambiado (y ...