A raíz de la última polémica, protagonizada por el CEO del gigante de las telecomunicacionesOrange, Stephen Richard, el movimiento BDS ha vuelto a salir a la palestra internacional. El movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) intenta, desde hace más de diez años, perjudicar a empresas israelíes –sabiendo que éstas dependen fundamentalmente del mercado exterior y que ya sufren otro boicot, el impuesto hace décadas por la mayoría del mundo árabe-musulmán– e impedir que personalidades israelíes de todos los campos desplieguen sus capacidades (den clases, conciertos, ...