Quizá lo personal haya pesado más que lo político. El notoriamente brusco y difícil de llevar John Bolton fue siempre un consejero de Seguridad Nacional incómodo para un presidente como Donald Trump, que prefiere unos subordinados del género adulador. La relación entre dos personalidades tan fuertes, por decirlo suave, probablemente estaba condenada a ser breve. Pero eso no obsta para que lo que ha llevado a Trump a pedir la renuncia a Bolton sean sus profundos desacuerdos sobre cómo debe EEUU lidiar ...