Alberto Mazor Lo más difícil, luego de una fiesta, es limpiar. Después de un Seder de Pesaj, por ejemplo, siempre es lo más desgradable, lo que todo el mundo odia hacer. Contemplar los restos de lo que había sido una celebración, oler aún los aromas del guefilte fish y los kneidalaj frente a ese desorden total, y colocarse unos guantes de plástico para recoger los platos y las botellas vacías y seleccionarlas para poder depositarlas en el contenedor correspondiente. Esa es la parte ...