En 1994, el establishment laico turco quedó en shock cuando un joven militante islamista se alzó con la victoria en las elecciones municipales de la mayor ciudad del país, Estambul. “Quien gana Estambul, gana Turquía”, solía decir aquel tipo, el actual presidente del país, Recep Tayyip Erdogan. La Historia le daría la razón. El mandato municipal de Erdogan llegó a su fin en 1997, luego de que recitara un poema proislamista: lo de “Las mezquitas son nuestros barracones, las cúpulas nuestros cascos, los minaretes nuestras bayonetas y los fieles ...