En 1967, el estado judío hizo una concesión colosal, casi impensable. Dejó su lugar más sagrado en manos de una religión rival, el Islam, para la cual sólo es el tercer lugar más sagrado en el mundo. El estado perdió el derecho de los judíos a orar en el Monte. A veces una nación necesita a aquellos que lo odian para poder mirarse en el espejo y ver su propia cara verdadera. La decisión de la UNESCO en respuesta a una ...