El desplante sufrido por el ministro israelí Yaalón en los Estados Unidos habla peor de los norteamericanos que de Israel. No acaban de darse cuenta de que no hay mejor aliado y país más confiable, en esa zona del mundo, que la exigua pero pujante tierra de los judíos. Molestarse por las construcciones de los israelíes en Jerusalén es un error, un error gordo: da fuerzas a los extremistas palestinos y por extensión a la calle árabe, de por sí ...