Durante su primer mandato, el presidente Obama fue criticado por los conservadores por realizar lo que denominaron “viajes de disculpa”, en los que siempre parecía encontrar algo en la historia de Norteamérica por lo que se consideraba obligado a pedir perdón. Para su sorpresa, ni las disculpas ni la magia de su personalidad y de su posición histórica pudieron ocultar el hecho de que se le daba mucho mejor ofender a los tradicionales aliados de Estados Unidos que ganar nuevos ...