Rabí Ari Gaboa de Naharía llegó a la ciudad santa de la Galilea a la hora en que las golondrinas se arrojan como carbones en el fuego del crepúsculo. Buscaba a un zapatero, Rabí Daniel de Safed, tan famoso por sus sandalias trenzadas como por su caligrafía. El maestro que en los ratos libres dibujaba árboles de la vida con letras y palabras de los salmos y que, en dos ocasiones a lo largo de sus años, hizo el Arca ...