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| domingo mayo 5, 2024

El torbellino del Creador


Una de las palabras más misteriosas y potentes de la Biblia figura en Job 38: 1. El pasaje en el que figura dice así: ´´Entonces respondió el Creador a Job desde un torbellino
(haseará) y dijo: ´´¿Quién es el que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría? Ahora ciñe como varón tus lomos. Yo te preguntaré y tú me responderás. ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿Quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué estaban fundadas sus basas? ¿ O quién puso su piedra angular cuando alababan ( todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?´´ Hoy no parece caber ninguna duda sobre la relación entre haseará , el torbellino, y el nombre Sahara de origen árabe y significado semejante: dispersión de arena o de tierras, tumulto de polvo, etc. Pero como normalmente de suele interpretar esa palabra hebrea como algo producido por una tormenta, por extensión surgió la idea de que Dios es tormentoso o, cuando menos, alguien que habla a través de la meteorología.

Desde el punto de vista de la guematria o su valor numérico, haseará equivale séfer , o sea libro, lo que nos lleva a preguntarnos si acaso existe libro más tormentoso que la Biblia y, dentro de ella, texto más complejo que el de Job. En él y en el citado pasaje el Creador habla como lo haría un arquitecto o un artista, responsabilizándose por todo y cada uno de los fenómenos y entes de la naturaleza. Parece acusar a Job de ignorante, recalcar que le falta aún mucho por conocer para esgrimir la pretensión de desentrañar las causas de su aciago destino. Sin embargo, y si miramos la palabra haseará con la debida calma y atención hallamos en ella la raíz er, despertar. Lo cual no denota otra realidad que la del carácter difícil, abrupto y a la vez veloz del despertar o la iluminación. Aunque el libro que estamos viendo tenga un carácter moral, que alude a la conducta humana buena o mala, en realidad hay en él pasajes íntegros que escuecen, que muerden nuestro entendimiento del mundo natural. Ya que si hay un alguien, si existe una conciencia superior detrás de todo, Creación y Creador se dan la mano y son responsables la una del otro, lo invisible de lo aparente, el Uno de lo múltiple.

Job podría sentirse apabullado, pero lo imaginamos-si tal cosa fuese posible-, admirando con la boca abierta todo aquello que se le señala: las nubes, el rocío, la lluvia, los relámpagos. Es muy cierto que no los hizo él, más aún: que padece sus cambios y soporta sus mutaciones. Es verdad que Job enfrenta y escucha la palabra de su Creador como quien oye un parte sobre el clima o presta atención a datos astronómicos, hasta que, gradualmente, aparece el pasaje en el cual se insinúa que hay algo grande en su interior.´´¿Quién puso-escribe el pasaje 38:36 –sabiduría en el corazón, o quién dio al espíritu inteligencia? ´´, lo que significa que Job podría llegar a saberlo todo y, de hecho, la evolución del ser humano así lo constata. El texto original hebreo no dice, empero, corazón sino cubrir, investir, betujot, vocablo que tiene su raíz en batúaj, seguro, certidumbre. De manera que tras toda esa perorata poética y extensa, tras las palabras perturbadoras del Creador-dichas desde una tormenta-, y a pesar de todo eso Job tiene aún la certeza de que si pudiese responder diría una y otra vez Tú,
Tú, así, con mayúsculas. Pues ´´todo lo que hay debajo del cielo es mío´´, acabará confesando el Creador.

Inversamente, podríamos pensar, y si no hay una conciencia rectora, si el universo es un gran absurdo en el que sólo reina la casualidad y lo fortuito, los grandes maestros de la Humanidad se hubiesen callado y no hubiesen siquiera osado esbozar algunas respuestas, la mayoría de ellas útiles para la convivencia y el desarrollo de nuestro ser.

Mario Satz, escritor

 
Comentarios

Pretender «explicar» o «entender» lo que Di-s Es, por medio de ecuaciones filosóficas o matemáticas, me parece un ejercicio tan árduo como báldio, atendiendo a La Própia Naturaleza Divina, y al permanente hálo de mistério que como tal la envuelve … ¿Como pues un Ser Infinito, Omnisciente y Omnipotente podriá ser «analizado» por mentes finitas y limitadas como las humanas? ¿Como poder «acotar» lo que Es Di-s en términos absolutos?
En verdad hemos sido hechos receptores de facultades que superan con creces al del resto de las especies, y que con arreglo a ellas mantenemos una relacion con lo Absoluto única e intransferible, pero no menos cierto es, que todo cuanto de Di-s «sabemos» nos ha sido revelado por Él, y no obedece por tanto, al fruto de «investigaciones» y sesudas reflexiones al respecto, por muy legitimas y respetables que estas puedan ser …
Di-s permanece en buena medida como una incognita, como algo inaccesible por medios convencionales
aceptemoslo pues asi, y hagamos úso de la razon que del él recibimos, para cosas mas prosaicas …

Jesús Heber el Bautista.

Yo sé donde estaba, cuando DIOS creó todas las cosas! En su corazón y planes! Isaías 26:3-4!

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