Con los años, cuando pase el ruido que ella misma ha provocado, de la alcaldesa de Barcelona quedarán pocas cosas buenas. Entre las malas, su oscura sumisión a la izquierda antisemita que pretende dar órdenes a Israel. El odio ancestral despertó al profeta Herzl y puso en marcha un retorno gradual a la matriz cultural del pueblo judío, su geografía y su historia. Y eso contra viento y marea. Todo rechazo y todo veneno esputado sobre un pueblo honorable y ...