La crisis en la que se halla el mundo todo nos inspira sentimientos contradictorios. Por un lado, por decirlo delicadamente, no es agradable sentir que uno debe andar por la vida pensando de dónde puede saltarle encima un virus. La publicación asidua-en Israel-de nuevas medidas para intentar frenar la propagación del Corona, causa cierta angustia y uno se ve cuestionando cómo se verá afectada la vida diaria. Se altera la rutina, eso es indudable, aún sin analizar los efectos terribles ...