Vista desde Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, la presión de EEUU y otros actores internacionales para posponer el referéndum de independencia de este lunes es, como diría Talleyrand, “peor que un pecado: un error”. El entusiasmo popular por la independencia y los argumentos morales sobre el sufrimiento kurdo y la autodeterminación explican en parte la opinión predominante. Pero los kurdos más reflexivos esgrimen, más allá de esos factores emocionales y éticos, cuatro razones de orden práctico en apoyo de la consulta. Lo primero ...