Pese a que muchos judíos pensamos (mejor, sentimos) que nuestra identidad no es ninguna ventaja en el mundo en que vivimos (antisemitismo, anti-israelismo, etc.), hay gente que quiere formar parte de este “nosotros” milenario: algunos, como los bnei anusím (descendientes de judíos forzados a convertirse a otra religión), para recuperar las señas perdidas o al menos enturbiadas por el paso del tiempo y la desconexión de la grey original. Otros, simplemente sienten una “llamada interior” que les empuja a dar ...