Supongo que, con el subtítulo de esta entrega, habrá más gente dispuesta a leerla que en las anteriores. Sin embargo, puede que dicho interés se vea decepcionado ya que, justamente si algo caracterizó el sexo en Israel, tal como lo viví en el kibutz en aquellos años de mediados de los 70, fue la naturalidad y ausencia de “morbo”. Eran los maravillosos tiempos entre la liberación de la ecuación sexo = reproducción (gracias, principalmente al uso extendido de las píldoras ...