Una caminata en el desierto del Neguev, una noche de luna llena, tal, la propuesta. Atreverse. Solo eso hacía falta para vivir una experiencia distinta e impactante. Con el fin de aumentar la expectativa no recibimos mayores detalles sobre el paseo, que salía al caer el sol y terminaba en la madrugada. Si el Neguev de día deslumbra por su severa belleza, de noche más que imponente...nos parecía temible. Por amor propio disimulamos nuestras dudas, nos inscribimos, y llegado el momento salimos, en un ...