Uno de los reproches que se le hizo a la heterogénea coalición que desde el 13 de junio rige los destinos de Israel es que sería una colección de egos ingobernable sin el mando y la firmezas suficientes para hacer frente a los muchos desafíos del Estado judío. La idea fue cultivada sobre todo por el despechado exprimer ministro, pero tenía sentido. Después de más de una década de éxitos económicos, de seguridad y de apertura al mundo árabe ...