El ministro británico Philip Hammond acaba de decir hace un par de días que ningún acuerdo con Irán hubiese satisfecho a Israel, así que esa parece ser la razón por la cual los cinco grandes se dijeron en Viena, en voz baja y en voz alta también, por qué preocuparnos si el blanco de los ayatolás no somos nosotros. Esa actitud no está exenta de perversidad y sigue la estúpida actitud inglesa de no querer molestar al Islam, que después ...