No es fácil escuchar últimamente al presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás. No porque critique a Israel. Eso es lo que hacen los adversarios y es lógico que haya lo que criticar cuando hay un serio conflicto de por medio. El problema es cuando miente - y nos atrevemos a decir «a sabiendas» -, cuando tergiversa la historia y, lo peor, cuando lo hace consciente de que sus palabras azuzan las llamas, agitan los ánimos e incitan a la ...